Elena Salgado y el nuevo presidente de la CEOE, Joan Rosell, al inicio de la reunión que mantuvieron ayer en Madrid. :: EFE
Economia

Joan Rosell completa su equipo y ofrece al Gobierno la colaboración de la CEOE

Pactar antes del 19 de marzo una reforma de la negociación colectiva con los sindicatos es su primer desafío

MADRID. Actualizado: Guardar
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Joan Rosell, el nuevo presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) se pone manos a la obra. Hoy anunciará su nuevo equipo -un máximo de 9 vicepresidentes, con equilibrio de presencias territoriales y sectoriales, frente a los 21 de Díaz Ferrán, así como las personas que integrarán la comisión ejecutiva- además de concretar aspectos de su programa. Al mismo tiempo ha iniciado una ronda de visitas institucionales, y, entre las primeras, mantuvo ayer un breve encuentro con la vicepresidenta económica, Elena Salgado.

El Ministerio de Economía explicó que la reunión se desarrolló «en un ambiente muy cordial», y añadió que en ella, el presidente de la patronal informó a la vicepresidenta segunda sobre sus proyectos, al tiempo que le reiteró la oferta de colaboración de la organización que dirige «para conseguir lo mejor para la economía española».

El inmediato y decisivo reto que aguarda a la CEOE de Joan Rosell es reanudar el diálogo social, con un tema prioritario en la agenda: la reforma de la negociación colectiva. Si empresarios y sindicatos no alcanzan un entendimiento, el Gobierno aprobará los cambios por decreto, y el plazo fijado es el 19 de marzo. De momento, de acuerdo con lo que se ha filtrado de los discretos contactos entre las centrales y el Gobierno, todo apunta a que las posiciones del Ejecutivo son hoy más cercanas a las que tradicionalmente ha sostenido la patronal.

'Ultractividad'

CEOE quiere acabar con lo que en el lenguaje de las relaciones laborales se conoce como 'ultractividad' de los convenios. Consiste, en términos simples, en la consolidación de los derechos reconocidos en los acuerdos, de manera que, al vencimiento de un convenio, sus ventajas se prorrogan, para incorporarse de forma automática al nuevo texto. Según algunas fuentes, el Gobierno habría sugerido poner un tope en el tiempo a la permanencia de las mejoras, con la frontal oposición de los sindicatos.

Las centrales consideraban que la negociación colectiva iba a ser el punto menos conflictivo de la agenda de reformas, y achacaron los retrasos en abordarlo a que los problemas empresariales de Díaz Ferrán habían 'desactivado' a su interlocutor. Todas las partes son conscientes de que -como defienden muchas instituciones internacionales, así como servicios de estudios públicos y privados- introducir cambios en la negociación colectiva puede ayudar, en tiempos de crisis, no solo al mantenimiento del empleo, sino incluso a la supervivencia de las empresas.

Los sindicatos apuntan que en ese campo hay un amplio margen de maniobra, con la introducción de la flexibilidad geográfica y funcional y la capacidad de los trabajadores para adaptarse a las condiciones económicas de las empresas en dificultades. Recuerdan que la moderación salarial es otro de los puntos que juega a su favor. En el primer trimestre de 2010, los costes laborales experimentaron la primera rebaja que registra el INE desde que empezó a elaborar este indicador, hace una década.