ESPAÑA

El 'vicetodo' pone al PSOE en alerta

Sea «liebre falsa» o real, el papel de Rubalcaba causa inquietud en ciertos sectores del partido

MADRID. Actualizado: Guardar
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El protagonismo del vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, no solo causó desconcierto en las filas de la oposición. También en la dirección del PSOE siguen con recelo, en unos casos, y con cierta esperanza, en otros, los pasos del brillante y astuto político. Nadie sabe a qué atenerse , porque el empeño de José Luis Rodríguez Zapatero por no desvelar sus intenciones han creado una suerte de nebulosa incómoda que mantiene a afines y detractores del supuesto delfín 'in albis', pero en estado de alerta.

«No sabemos si es que están preparando el relevo o si la omnipresencia de Alfredo obedece a un intento de preservar la imagen del presidente para que no sufra más desgaste», admite un confuso miembro de la ejecutiva federal socialista que, en todo caso, fía hasta después de las elecciones municipales y autonómicas de mayo cualquier anuncio al respecto. Se mueve en la pura ortodoxia, pero no oculta cierto temor.

Cada vez hay más dudas de que el silencio de Zapatero sea positivo. La opinión de los líderes regionales más 'rebeldes', como el castellano-manchego, José María Barreda, o el madrileño, Tomás Gómez, es conocida. Siempre han defendido que la incógnita sobre la candidatura a las generales de 2012 debía resolverse cuanto antes. Pero ahora hasta los más oficialistas admiten que esta incertidumbre no es buena. «Aunque solo sea porque nos distrae de lo importante», comenta desalentado un candidato autonómico que ya se ve cuatro años más en la oposición.

En el PSOE hay quien asegura que ni siquiera el propio Rubalcaba se siente cómodo en esta encrucijada. El vicepresidente asegura que Zapatero no le ha dicho nada y que tampoco él ha querido preguntarle. Que no es, dicho de otro modo, la única persona del PSOE a la que supuestamente el jefe del Ejecutivo ha confiado su secreto.

Enredo

El otro hombre fuerte del Gobierno, el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, se muestra más misterioso e incluso más dispuesto a alimentar el enredo. Dijo, hace unos días, que Rubalcaba es «liebre falsa». Pero falsa o no su posible carrera ya ha provocado malestares y envalentonamientos. «Que nadie piense que este partido va a tolerar que le impongan a un candidato sin decir nada», avisa un dirigente que ha acompañado a Zapatero desde su primera ejecutiva.

Hasta ahora, aún así, nadie -salvo Tomás Gómez- ha osado plantar jamás cara a Zapatero. Ni siquiera cuando el pasado octubre decidió de golpe y porrazo sustituir a Leire Pajín como secretaria de Organización del partido por Marcelino Iglesias. «Eso -arguye el citado dirigente- era diferente porque el secretario general puede formar su ejecutiva». En realidad, solo puede proponerla. Al partido, en Congreso o Comité Federal, le corresponde ratificarla.