Plan quinquenal
Actualizado: GuardarDos años de lucha contra la crisis son insuficientes, sobre todo cuando no se ha luchado. Vamos a necesitar cinco años más, según nuestro fantasmagórico presidente, para corregir los desequilibrios económicos que él ha consentido o propiciado en los ratos libres que le dejaba su tarea, o sea, cuando no prometía o despilfarraba. Los planes quinquenales se popularizaron en Rusia, cuando aún era Rusia. Por desgracia para sus mermados habitantes, cuando finalizaba uno empezaba otro. Era la época en la que incluso mi venerado Pablo Neruda hablaba del «padrecito Stalin» y de su mirada sobre la nieve. Lo de «padrecito» no estaba mal aplicado, ya que fue, en su dura competencia con Hitler, el que engendró más huérfanos en el siglo pasado. ¿Por qué regresan ahora los planes quinquenales? Veinte años puede que no sean nada, según el tango, pero cinco son muchísimos.
Desde su milagrosa conversión a la realidad ha variado radicalmente la manera de ver a España de este bien educado y bien intencionado señor. Su 'otro yo' son varios o bien se ha tenido que comer todos los «brotes verdes» que veía por todas partes, incluso por los mustios collados de la «áspera y espléndida» patria que gobierna. ¿Por qué sabe que la rectificación de nuestro disparatado rumbo sólo va a durar cinco años? Esa clarividencia tiene únicamente un precursor, aquel caballero que se despidió de su amada esposa diciéndole «adiós, querida, me voy a la guerra de los treinta años».
Algo muy parecido a la melancolía me visita en estas fechas propicias, con todo lo que tiene ese estado de ánimo, o más bien de desánimos, de vigorosa tristeza. No me gusta apostar, pero tendría altas probabilidades de acierto si arriesgara cierta cantidad de dinero a que no voy a ver la salida de la crisis. Se me va a hacer nunca, que espero que tarde. Total, para lo que iba a servirme el dinero...