Cumbre de Cancún: la duda y la esperanza continúan
ECOLOGISTAS EN ACCIÓN Actualizado: GuardarEl año pasado, el mundo reconoció que la última cumbre sobre el clima celebrada en Copenhague fue un fracaso tanto en organización como en resultados. Este año teníamos otra oportunidad en la nueva reunión de Cancún (México), a celebrar en los primeros días de este mes de diciembre. Lo que se iba a tratar era cómo dar continuidad al protocolo de Kioto, cuya primera fase termina en 2012. Se buscaba un acuerdo legalmente vinculante y justo para el periodo 2012-2020 evitando un vacío legal entre la primera fase del cumplimiento del Protocolo de Kioto (2008-2012) y el nuevo acuerdo.
Conviene recordar que el Protocolo de Kioto es un acuerdo internacional que tiene como objetivo reducir las emisiones de seis gases que causan el calentamiento global (Gases de Efecto Invernadero): dióxido de carbono (CO2), gas metano (CH4) y óxido nitroso (N2O), además de tres gases industriales fluorados: Hidrofluorocarbonos , Perfluorocarbonos y Hexafluoruro de azufre. El conjunto de estos gases deben reducirse en un porcentaje de al menos un 5% respecto a las emisiones en el año 1990, en el periodo que va desde el año 2008 al 2012.
La Conferencia de Cancún venía precedida de una cierta campaña mediática y de opinión que hacía reducir las expectativas. En efecto, la 16ª Conferencia de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), empezó mal. El texto de partida para la negociación hacía referencia a las propuestas de reducción de emisiones que la mayoría de los países acordó en Copenhague. Pero por otro, se pedía que el aumento de la temperatura no debiera superar los 2ºC. El problema es que ambas cosas son incompatibles; con las propuestas de Copenhague la temperatura del planeta podría ascender 3º o 4º C, ya que sobrarían entre 5.000 y 9.000 millones de toneladas de CO2 al año en 2020.
Las noticias que llegaban a España nos contaban cómo se iban rechazando distintas propuestas (de la UE, Costa Rica, de Bolivia y de la alianza de pequeños Estados-islas amenazados por el calentamiento) y se temía que, una vez más, no fuese posible asegurar la continuidad del Protocolo de Kioto.
A las 4 de la madrugada del día final de la conferencia los debates continuaban y el borrador de decisión presentado 'in extremis' por la presidencia mexicana era adoptado después de varias horas de discusión. La cumbre terminaba hacia las ocho de la mañana con un acuerdo que, pese a no ser el acuerdo climático internacional que el clima necesita, sienta las bases para negociar en 2011 y cerrarlo en la cumbre de Durban (Sudáfrica).
El acuerdo adoptado, que no se sabe si es vinculante o voluntario, deja para 2011 la decisión sobre si habrá un acuerdo que sustituya al Protocolo de Kioto, reconoce que los compromisos presentados hasta ahora no bastan para estabilizar el clima, compromete a los países ricos a movilizar 100.000 millones de dólares al año en 2020, e incluye un pacto para reducir la deforestación. Dicho de otra manera:
-Reconoce la necesidad de que el aumento de temperatura global no debe superar los 2ºC.
-Establece un objetivo de reducción de emisiones de entre el 25 y el 40% para 2020 (tomando como base los niveles de 1990).
-Reconoce la insuficiencia de los actuales compromisos de reducción de emisiones para evitar los peores impactos del Cambio Climático, así como la necesidad de revisarlos de acuerdo con el límite anterior.
-Establece el fondo verde para determinar las aportaciones de los países industrializados para apoyar la lucha contra el Cambio Climático.
-Establece el mecanismo económico para la reducción de la deforestación y la protección de los bosques tropicales.
En definitiva, se reconocen las carencias y las necesidades en las que la ONU logra que todo el mundo esté de acuerdo, pero no se concreta cómo suplir las carencias y superar esas necesidades. Como ocurre con tantas reuniones, nos reunimos para acordar que necesitamos otra reunión.
Lo positivo de la Cumbre es que los países industrializados miembros del Protocolo de Kioto han reconocido finalmente que es necesario reducir sus emisiones del 25 al 40% para el 2020 y que se requiere mucho más que las actuales promesas de reducción realizadas en el Acuerdo de Copenhague para alcanzar una meta compartida que permita limitar el aumento de la temperatura a 2°C. Lo negativo es que el Protocolo de Kioto no se ha cumplido para su periodo 2008-2012 y ahora, con el acuerdo de Cancún, no se ponen correctivos. Como muestra de los incumplimientos tenemos a España: emite actualmente un 34% más que en 1990, por encima del 15% que le dio la UE para cumplir Kioto y eso que la crisis y las energías renovables han hecho que las emisiones caigan casi 20 puntos desde 2005.
Las propuestas campesinas acordadas por 35.000 personas la Conferencia Mundial de los Pueblos de Cochabamba en abril de 2010 junto con las de Bolivia no se han escuchado. Por eso han denunciado que «Cancún vuelve a ser un reflejo más de encuentros internacionales que buscan soluciones parche que en nada puedan hacer tambalear las verdaderas causas, el modelo capitalista que calienta el planeta. Lo cual tiene una sencilla explicación: la política actual actúa (o se inhibe) sumisa al poder económico». Insisten en que «las naciones más ricas no ofrecieron nada nuevo en reducción de emisiones o de financiación, y en su lugar han buscado dar marcha atrás a los compromisos existentes».
Ecologistas en Acción se opone a cualquier tentativa de aniquilar el Protocolo de Kioto y de no implantar el segundo periodo de compromisos. Por eso pedimos:
-Que los países enriquecidos, como máximos responsables del Cambio Climático, son los encargados de promover un acuerdo ambicioso.
-Que el límite de aumento de temperatura debe ser de 1,5ºC respecto a los niveles de 1990.
-Que los países emisores históricos deberán llevar a cabo unas reducciones de emisiones del 40% sobre la situación de 1990. Esta reducción habrá de realizarse íntegramente en el territorio de cada país.
-Los países enriquecidos, para saldar su deuda climática y combatir el Cambio Climático, deben transferir a los países del Sur Global 275.000 millones de dólares anuales para labores de mitigación y adaptación.
Vamos hacia una situación de insostenibilidad: consumimos de forma acelerada y continua recursos naturales (petróleo.)y depositamos de la misma manera acelerada y continua residuos (gases de efecto invernadero.). Hemos de cambiar esta dinámica. Tenemos que actuar en las Cumbres sobre el Clima de La Tierra.