Economia

PUNTO DE PARTIDA

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La elección de presidente de la patronal es un hecho muy relevante, por varias razones. La primera de ellas, por el origen geográfico del elegido, ya que resulta del todo conveniente el que personas prestigiosas de la 'periferia' asuman responsabilidades 'centrales'. La segunda por la personalidad de Joan Rossell, que siempre ha destacado por su capacidad de diálogo y de concitar voluntades. En este sentido tiene mérito que, habiéndose mostrado contrario a la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto catalán, haya sido, a la vez, capaz de recibir los apoyos de la patronal madrileña -entre muchas otras-, que no destacan precisamente por ver con agrado el desarrollo del mapa autonómico.

También es relevante por el momento en que se produce. Los empresarios han perdido un tiempo precioso con la demasiada larga agonía del anterior presidente, quien se equivocó al prolongar innecesariamente su mandato a pesar de la deriva calamitosa de sus negocios personales. Hay sobre la mesa temas importantísimos en los que los empresarios deben intervenir y hacer oír su voz. La reforma laboral, la primera de ellas, pero también en el asunto de las pensiones, en la reforma del sector financiero y en muchas otras más. Cuando se habla de los casi cinco millones de parados que hay en el país, todo el mundo mira al Gobierno, pero eso está mal hecho. La responsabilidad de crear empleo es de toda la sociedad en general y de los empresarios en particular. Pero estos no son una especie biológica predeterminada. Los empresarios se generan y hay determinados ambientes que propician su aparición y otros que la penalizan o la impiden. De todo eso tiene que hablar la patronal y de todo eso tiene que opinar su presidente. Ahora que no hay lastres personales, esperamos propuestas creativas.