Pekín se busca un nuevo enemigo

Para Japón, que en los tiempos de la Guerra Fría consideraba a Rusia su mayor amenaza militar, el principal peligro viene ahora de China. Así lo consideran las líneas maestras del Programa de Defensa Nacional, que fueron aprobadas el jueves por el Ejecutivo nipón para marcar la política militar a seguir durante la próxima década.

«China está modernizando rápidamente sus fuerzas armadas y expandiendo sus actividades en aguas vecinas. Junto a la falta de transparencia de Pekín en asuntos militares y de seguridad, esta tendencia es un motivo de preocupación para la región y la comunidad internacional», advierte el documento. Dichas líneas maestras, redactadas tras el choque en septiembre de un barco pesquero con patrulleras guardacostas niponas en las disputadas aguas de las islas Diaoyu (Senkaku en japonés), amenazan con volver a enturbiar las relaciones entre ambos vecinos.

«Ningún país tiene el derecho a erigirse como representante de la comunidad internacional y hacer comentarios irresponsables sobre el desarrollo de China», se apresuró a criticar en un comunicado la portavoz de Exteriores, Jiang Yu.

Siguiendo las nuevas directrices, Tokio desplazará parte de sus tropas desde la región de Hokkaido, en el norte, a las islas del sur cercanas a Okinawa como Nansei o Yonaguni, algunas reclamadas por el régimen chino. Precisamente, este es el radio de acción de buena parte de los 47.000 marines que EE UU aún mantiene sobre suelo nipón, muchos de los cuales sirven en la base aérea de Futenma, en Okinawa. Según el documento, para Japón es «indispensable» la alianza con Washington, el enemigo de la II Guerra Mundial que luego se convirtió en su principal aliado. Primero frente a la amenaza comunista de la URSS -todavía mantiene un contencioso territorial con Moscú desde la invasión de las islas Kuriles- y ahora ante el riesgo de la emergencia china.