
«Los socialistas mantenían una 'mili' que era casi una ficción»
José María Aznar Expresidente del GobiernoRecuerda que ni los quintos recibían la instrucción adecuada ni los objetores disponían de plazas para cumplir la prestación social
MADRID. Actualizado: GuardarLa famosa foto de Las Azores, en la que José María Aznar aparece con George W. Bush y Tony Blair, y en cuya reunión se supuso el punto de partida de la guerra contra Irak, encasilló al expresidente del Gobierno en el papel belicista. Una etiqueta que eclipsó un hecho al que los populares no quisieron o no supieron cómo sacarle rentabilidad política. Y es que fue José María Aznar quien libró a decenas de miles de jóvenes de españoles de la pesadilla que suponía dedicar un año al servicio militar o a la objeción de conciencia. El hombre que derogó la 'mili' repasa en esta entrevista lo que supuso para España esta decisión que no se atrevió a adoptar Felipe González.
-¿Cómo influyó en la sociedad española la supresión del servicio militar obligatorio?
-Permítame comenzar por aclarar dos cosas. Nosotros, en primer lugar, heredamos una situación insostenible. Los socialistas mantenían su habitual doble lenguaje: un servicio militar obligatorio que, en buena medida, no se cumplía, y los que lo cumplían tenían la sensación de que era una pérdida de tiempo, porque ni recibían instrucción militar adecuada ni tampoco otro tipo de instrucción o formación. En buena parte la 'mili' no cumplía porque implícitamente se alentaba la objeción de conciencia con un servicio social sustitutorio para el que no había plazas, y la insumisión. Heredamos así una situación imposible de mantener que afectaba muy seriamente al prestigio y a la operatividad de las Fuerzas Armadas y que, además, creaba una inseguridad jurídica grave para cientos de miles de jóvenes españoles. En segundo lugar, nosotros, una vez en el Gobierno, cumplimos con nuestro compromiso electoral de profesionalizar nuestras Fuerzas Armadas para una participación más estrecha y más activa en la OTAN y en Unión Europea Occidental, y vimos que cumplíamos mejor ese compromiso con la total profesionalización de la Defensa que implica la supresión del servicio militar obligatorio.
-¿Cree que el PP sacó toda la rentabilidad social y política a esta decisión tan anhelada por la juventud española?
-Es posible que el PP no obtuviera esa rentabilidad, pero creo que España sí la obtuvo; y eso es lo más importante. La profesionalización de nuestras Fuerzas Armadas permitió intensificar la participación de España en las estructuras militares de la Alianza Atlántica. Nuestros ejércitos se volcaron en las misiones de disuasión y mediación en conflictos armados. Y hoy, las Fuerzas Armadas tienen un prestigio social entonces impensable.
-¿Considera que el Ejército Profesional Español ha cumplido con las expectativas que generó cuando se creó hace ahora diez años?
-Profesionalizar nuestra Defensa era, como le decía, nuestro compromiso. Un compromiso electoral que está en el programa de 1996. Es evidente que las amenazas a la seguridad de España y del conjunto de nuestros aliados se han hecho mucho más complejas y urgentes. Y no tengo ninguna duda de que el ejército profesional tiene ventajas evidentes en ese escenario de riesgos globales. Luego falta que el Gobierno de turno tenga claras las amenazas, y tenga clara también la determinación de defender los intereses del país. Nuestras Fuerzas Armadas han demostrado que saben hacer bien lo que se les pide que hagan.
-¿Cuál es la misión de las tropas españolas de la que se siente más satisfecho?
-La misión de cumplir con el deber de la Defensa de España y de hacerlo en todo momento. La misión de dejar bien alto el pabellón español en las misiones conjuntas con nuestros aliados. La misión, en definitiva, de servir a nuestra nación
-¿Qué imagen percibe usted en el exterior de nuestro Ejército?
-El trabajo de nuestras Fuerzas Armadas en todas las misiones con nuestros aliados ha permitido ver la profesionalidad y seriedad de nuestros soldados. Recuerdo cómo fue mejorando esa imagen en nuestra participación en el conflicto de los Balcanes, por ejemplo. Bien es cierto que después ha habido decisiones políticas que han dañado, y han dañado mucho, la imagen de nuestras Fuerzas Armadas. Decisiones como la retirada, por sorpresa y sin avisar a nuestros aliados, de nuestras tropas de Irak. Pero el problema ahí no es de nuestras Fuerzas Armadas sino del Gobierno.
-¿Comparte la tesis de los que opinan que quitar la 'mili' influyó negativamente en el sentimiento patriótico?
-Por supuesto que no. Lo que estaba dañando el sentimiento patriótico de los jóvenes españoles era esa situación tan habitual en los socialistas de mantener una doble realidad: una obligatoriedad del servicio militar que era casi una ficción por la avalancha de objetores, a los que no se ofrecía un servicio social sustitutorio, y de insumisos. E, insisto, para la inmensa mayoría de los que hacían la 'mili', era una pérdida de tiempo. Realmente ni recibían instrucción militar adecuada ni aprovechaban un año de su vida para aprender otras cosas. La profesionalización de la Defensa ha permitido, tal como muestran las encuestas, que mejore la imagen de nuestros Ejércitos.