Rubalcaba: «Esto de las treguas se acabó»

El Gobierno no es en absoluto ajeno a los «rumores» que apuntan a un próximo comunicado en el que ETA dará un paso en la dirección anunciada por Batasuna, es decir, hacia un alto el fuego «unilateral, permanente y verificable». Los ha «oído», según remarcó con cierta intención el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, y se mantiene atento a los movimientos que pueden producirse en el entorno de la banda terrorista, pero de momento no mueve una ceja. No lo hará en tanto los amagos no se traduzcan en «hechos». Y aún en el supuesto de que la organización criminal hable el Ejecutivo mantendrá la cautela. «He dicho claro que eso de las treguas se acabó -recordó el también ministro del Interior-; que ya no vale».

No es la primera vez que Batasuna alimenta la idea de que esta vez sí ETA dará un paso definitivo hacia el fin de la violencia. Pero cada vez que, en los últimos tres meses, ha intentado preparar el terreno para un supuesto cambio de tendencia, ha errado. Ninguno de los comunicados publicados hasta la fecha se ha acercado a las expectativas generadas por los dirigentes de la formación ilegalizada y todos ellos han sido considerados «insuficientes» no solo por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, sino por todas las fuerzas democráticas.

Aún así, tanto Rufi Etxeberria -que el jueves fue entrevistado en Radio Euskadi-, como Joseba Permach y Joseba Álvarez -que ayer publicaron un artículo en 'Gara'- mantienen vivas sus esperanzas.

Los representantes de la llamada izquierda 'abertzale' pretenden que el Ejecutivo haga también algún gesto. En el comentario en su diario afín, Álvarez y Permach se embarcan en un ejercicio de autocrítica por el modo en el que se gestionó la última tregua de ETA. Un alto el fuego que, reconocen, «no supimos aprovechar». Pero no es un 'mea culpa' gratuito; piden una suerte de reciprocidad. «El resto de las partes también ha de reflexionar sobre cómo aporta su granito de arena para que el camino siga adelante», añaden.

La respuesta inducida de Rubalcaba, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, fue rocosa. Recordó que durante muchos años las fuerzas democráticas manejaron un escenario para el fin del terrorismo en el que la declaración de una tregua resultaba determinante. Pero esa idea, surgida de los acuerdos de Ajuria Enea de 1988, dijo, voló por los aires tras el fallido 'proceso de paz' de la pasada legislatura.

«Ya no es así, ya no vale; ahora el Estado espera que la violencia acabe», dijo el vicepresidente. Una posición en la que socialistas y populares se dan la mano.

Posición unánime

Batasuna insinúa, aún así, que el PSOE se mantiene en una postura de firmeza porque se siente condicionado por el primer partido de la oposición y no por convicción propia. Y esa es una sospecha a la que, en ocasiones, contribuye el partido de Mariano Rajoy.

El presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, alegó el jueves por la noche, durante la cena navideña de su formación en Guipúzcoa, que solo desde sus filas se defiende el fin «decente» de ETA. «Siempre que alguien ha pensado que ETA se ha vuelto buena, o que Otegi era hombre de paz o que no sé quién era menos malo se han equivocado y ha servido para que ETA siga atentando; por tanto, las cosas claritas», exigió.

El vicepresidente primero del Gobierno afirmó, no obstante, que la estrategia del Ejecutivo sigue siendo la misma y que los populares -con los que recientemente se ha pactado una amplia reforma de la ley electoral para tapar cualquier agujero por el que la ilegalizada Batasuna pudiera intentar colarse en las elecciones- están perfectamente informados de ello. «No sé cuántas veces he hablado esta semana con el PP de política antiterrorista, pero han sido varias», dijo Alfredo Pérez Rubalcaba para reiterar que el Gobierno no abrirá la mano y que siempre y cuando ETA se limite a hablar de tregua -cabe recordar que hace aproximadamente año y medio que la organización armada no comete ningún atentado- nadie entenderá que existe una voluntad real de avanzar hacia el abandono de las armas.

También la presidente de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, Maite Pagazaurtundúa, se pronunció ayer sobre los vaticinios de Batasuna. Durante el acto de entrega de los premios escolares 'Una ciudad sin violencia', se sumó al escepticismo del Gobierno y subrayó que lo único que pueden hacer en estos momentos la organización terrorista y Batasuna es abandonar su actividad criminal y condenar «la historia absoluta del terror». «Todo lo demás -sentenció- es un tongo».