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Rajoy anuncia que su primer plan de gobierno «igual no le gusta a nadie»
El líder del PP avisa de que habrá que aplicar a la Administración el «duro ajuste» que ha llevado a cabo el sector privado español
ZARAGOZA. Actualizado: GuardarMariano Rajoy dejó claro ayer que no prevé llegar a la Moncloa con una varita mágica que solucione de un día para otro los problemas de España. Es más, avisó de que llegarán tiempos más difíciles en los que los gobernantes tendrán que hacer más con menos.
Hasta aquí, nada nuevo en los posicionamientos del PP. La novedad es que Rajoy, en la clausura de la intermunicipal que su partido ha celebrado en Zaragoza, comenzó a marcar su hasta hora opaca hoja de ruta para sacar a España de la crisis.
Anunció que si llega a la Moncloa, lo primero que hará será presentar un plan económico en el Congreso con una vigencia de cuatro años, «para que la gente sepa a qué atenerse». Y no será, precisamente, una decisión amable. Es más, Rajoy advirtió de que estas medidas «a lo mejor no le gustan a algunos, o no le gusta a mucha gente, o a nadie». Sin embargo, el líder del PP las defenderá porque «al menos dará seguridad y certidumbre porque hay un Gobierno que sabe qué va a hacer».
Rajoy, como es habitual, no detalló su estrategia económica, pero sí dio algunas pistas. Pertrechado en que «habrá que hacer más con menos», destacó que habrá que hacer en las administraciones públicas el «duro ajuste» que ya ha hecho el sector privado en España. Esto significa que el PP baraja la necesidad de 'adelgazar' las administraciones. Ha reiterado en varias ocasiones la necesidad de acotar las competencias autonómicas para que no haya duplicidad, lo que permitiría reducir los empleados públicos.
El jefe del principal partido de la oposición hizo estas revelaciones tras realizar un diagnóstico con tintes negros sobre la coyuntura actual de la economía española. De hecho, fuentes populares aseveran que aún no se puede descartar un rescate por parte de la Unión Europea.
Rajoy, durante su alocución, no llegó a tanto, pero insistió en la necesidad de «decir la verdad» a los españoles como paso previo a la toma de estas decisiones difíciles. Declamó que «no descubre nada» al afirmar que España atraviesa «una mala situación económica» que achacó a la «barra libre» instaurada en los últimos seis años por José Luis Rodríguez Zapatero. De gastar «lo que no había» se habría pasado según Rajoy a «la sequía más absoluta».
Falta confianza
El líder del PP, en alusión a las decisiones adoptadas por el Consejo Europeo para blindar el euro, señaló que lo mejor que le puede pasar a esta moneda es que el Gobierno de España sea «serio, austero, fiable y haga reformas económicas». Al hilo de esta reflexión lamentó que el Consejo, que definió como el «de las urgencias», haya tenido que celebrarse para ayudar a algunos gobiernos que «como el español generan desconfianza dentro y fuera de España». Por todo ello reiteró que la primera reforma estructural que necesita nuestro país sea otro gobierno que genere confianza «tanto dentro como fuera de España».
Rajoy, con estas declaraciones, deja claro que no le importa que desde el PSOE le acusen de «antipatriótico» por «sembrar dudas» sobre la economía española en un momento muy convulso para los mercados financieros. No quiso ceñirse de manera exclusiva al papel de 'abogado del diablo' y abrió la puerta a la esperanza. Mostró su total confianza en que España demostrará que es un país «infinitamente mejor» que su actual Gobierno y que con «esfuerzo» logrará «levantarse y remontar el vuelo». En definitiva, Rajoy vaticinó que volverá la ilusión a una España que no es víctima «de ninguna maldición bíblica» y que el Ejecutivo de Zapatero no durará para siempre. «Es más, cada vez le queda menos», ha remachado.
Para lograr este punto de inflexión defendió una de sus recetas más conocidas: «Primer punto, en España se necesita otro Gobierno. Y punto». Un hecho que, a su juicio, cada vez lo entienden más españoles «piensen como piensen y sean del partido que sean». Ese nuevo Ejecutivo tendría como primer y perentorio objetivo recuperar la confianza «y por tanto tiene que estar compuesto por gente competente, por los mejores».
La número dos del PP, María Dolores de Cospedal, apuntaló la tesis de su jefe de filas rechazando de manera tajante el reproche lanzado desde el PSOE por «no arrimar el hombro» en la lucha contra la crisis. Destacó que si «Rajoy y el Partido Popular hubieran apoyado las nefastas políticas económicas de despilfarro de Rodríguez Zapatero, hoy no habría un alternativa en España». «Hoy los españoles saben que hay otra forma de gobernar y otra forma de hacer las cosas», remachó. También atacó a Zapatero por gestionar España «como si fuera un bingo, esperando que le toque algo».