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Assange sale de la cárcel dispuesto a seguir con la cruzada de Wikileaks

El fundador de la polémica web fue puesto en libertad bajo fianza tras un juicio breve, de origen dudoso y escenas cómicas

LONDRES. Actualizado: Guardar
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Julian Assange, fundador de Wikileaks, que está publicando estos días, con la colaboración de varios periódicos europeos y de Estados Unidos, una selección de 250.000 cables diplomáticos de la diplomacia americana, fue puesto ayer en libertad bajo fianza, tras permanecer en prisión durante nueve días para prevenir que pudiera huir y no responder a una investigación sobre posibles delitos sexuales en Suecia.

Assange afirmó en las puertas del Tribunal Superior de Londres, a las seis de la tarde, hora local, que continuará ahora con su trabajo en Wikileaks y que mantendrá su inocencia cuando las autoridades suecas remitan la documentación necesaria para iniciar el juicio de extradición, que dará sus siguientes pasos en enero y puede extenderse varios meses.

Minutos después, partía en un vehículo de transporte militar con pintura de camuflaje para operar en el desierto conducido por Waughan Smith, el ex capitán del Ejército británico y ex periodista que le acogerá en su mansión del este de Inglaterra en cumplimiento de las condiciones para su libertad bajo fianza. Tenían que llegar a las diez de la noche para cumplir con el toque de queda que se le ha impuesto.

La puesta en libertad de Assange llegó tras una jornada en la que un juez del Tribunal Superior despachó en hora y media el recurso presentado a la decisión de un magistrado de darle la libertad bajo fianza y tras una carrera contra el reloj de sus abogados y sus avalistas para hacer las transferencias de dinero que permitieran su libertad sin pasar una noche más en prisión.

Assange agradeció el veredicto al sistema judicial británico «donde el resultado no es siempre justo, pero que no está aún muerto» e invocó su permanencia en régimen de aislamiento en una celda del subsuelo de la cárcel de Wandsworth, construida a mediados del siglo XIX, para llamar a quienes le han manifestado su apoyo a extenderlo también a presos en peores condiciones que las que él ha vivido en otros muchos lugares del mundo.

El procesamiento de Assange ha creado una gran expectación mediática al coincidir con la difusión internacional de los cables diplomáticos y el juez Duncan Ouseley se sintió obligado a dictar una prohibición a los casi cien periodistas que asistían a la vista de usar sus teléfonos u ordenadores para transmitir sus impresiones por la vía de Twitter. En un momento, ante la sospecha de que algunos incumplían su orden, afirmó que si alguno era sorprendido en el acto de 'twittear' iría a la cárcel inmediatamente.

«Peripatético australiano»

Ouseley aceptó en su totalidad el veredicto del magistrado de primera instancia hace dos días y se limitó a aumentar la cantidad de la fianza, de 240.000 a 285.000 euros, eligiendo además a las personas que debían entregar las cantidades adicionales. Su argumento fue que algunos de los avalistas lo eran por la causa general de Wikileaks y que, por tanto, podían sentir simpatía también si el procesado huía para continuar con sus labores periodísticas.

Eligió a los políticamente menos notorios y, cuando abogados y juez repasaban la lista, el australiano Geoffrey Robinson, que defiende al australiano Assange, sugirió el nombre del célebre periodista John Pilger, también australiano, que estaba en la sala. El juez Ouseley lo rechazó con una expresión memorable, que provocó pasmo en el tribunal. Se negó a aceptarlo como avalista por ser «otro peripatético australiano».

Mientras la sesión de trámite discurría en el tribunal, los medios británicos se hacían eco de una controversia imprevista sobre quién había recurrido la decisión de poner en libertad bajo fianza a Assange cuando ya fue capaz de ofrecer una dirección verificable en Reino Unido. Los responsables de las fiscalías de Suecia y Reino Unido negaron que fueran ellos. El coste de los abogados en este recurso misterioso será pagado por el contribuyente británico.