MÁS FÚTBOL

El campeón se despide en la nieve

El Atlético empató en Leverkusen pero el Aris no perdonó ante el Rosenborg

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Condenado por dos derrotas imperdonables ante el Aris, el Atlético se despidió de la Liga Europa a las primeras de cambio. Un fracaso sin paliativos para el campeón, que lo intentó por si los griegos fallaban ante el Rosenborg pero ni siquiera pudo ganar en la nevada Leverkusen. Lo mereció tras un enorme esfuerzo en un campo impracticable pero desperdició un sinfín de ocasiones, sobre todo en la primera mitad. Hubiera sido igual, ya que los de Héctor Cúper vencieron a los noruegos.

Aunque los rojiblancos dependían de terceros, lo que en la última jornada de cualquier competición augura el fracaso, salieron con una actitud sobresaliente ante el equipo de la aspirina. Ni el frío, ni los molestos copos frenaron su ímpetu. Ciertamente, los locales de Heynckes, ya clasificados como líderes de grupo, se lo pusieron fácil porque ni de lejos presionaron como se exige a todo equipo alemán.

Agüero, magnífico en sus internadas, y Simao, fabricaron varias jugadas que no acabaron en gol porque Forlán no tenía su día en el remate o en el desmarque final. O se topaba con el portero, al que no sorprendía en un intento de contrapié, o su volea rozaba el palo, pero el caso es que no llegaba el tanto que pudiera poner de los nervios a los de Salónica. De Gea, sin trabajo, se congelaba.

La peor noticia llegó cuando los rojiblancos enfilaban el camino de los vestuarios. Entonces se enteraron de que el Aris acababa de marcar ante el Rosenborg en el descuento. Fue un gol de churro pero que oscurecía todavía más el panorama. Ya hacían falta dos dianas, una del Atlético y otra de los nórdicos, para voltear la situación.

Cansados y desmoralizados, los de Quique bajaron el ritmo en la reanudación. Se vino arriba el Bayer, con mejor condición física de base, y se adelantó en una de sus primeras aproximaciones. Una jugada de toda la vida que sacó los colores a la imprecisa zaga madrileña. Un saque del portero, un balón peinado, un despiste de Perea y el remate fácil de Helmes. Sacó su orgullo el Atlético, empató pronto, en el primer balón tocado por Fran Mérida, presionó hasta el final con coraje, pero no era su tarde. El 'Kun' falló un gol cantado. Mera anécdota. Por si acaso, el Aris marcó el segundo y cerró toda esperanza.