Varias personas compran en un mercado chino. :: AFP
Economia

Los precios en China crecen al mayor ritmo en dos años

SHANGHAI. Actualizado: Guardar
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La tradicional imagen de la marabunta entrando en El Corte Inglés el primer día de rebajas se queda corta para describir lo que sucedió el pasado fin de semana en los centros comerciales de Shanghai. Atraídos por descuentos de hasta el 50% y empujados por la inflación que castiga a las clases media y baja, los consumidores de la capital económica de China se lanzaron a la captura de los mejores cholos en número nunca vistos.

Los establecimientos permanecieron abiertos durante toda la noche, los dependientes no podían abrirse paso y se sucedieron los desvanecimientos. De hecho, la cadena Printemps asegura que las ventas se han multiplicado por diez en comparación con el año pasado. Y los clientes aseguran que la culpa es de los precios no rebajados, que superan la inflación prevista por el Gobierno. El mes pasado la vida se encareció un 5,1%, muy por encima del 3% previsto para todo el año. Y la culpa no es de los carburantes, sino de la comida y la vivienda.

«No me creo las cifras oficiales», asegura Hu Minzhu. «La vivienda se ha disparado por mucho que aseguren que está bajo el control y la cesta de la compra comienza a ser un quebradero de cabeza», explica esta mujer de 38 años cuyos ingresos están en torno a la media de la ciudad: 3.200 yuanes al mes (335 euros). «¿Con esta situación, cómo no vamos a esperar a las rebajas?».

No en vano, alimentos como la fruta se han disparado en lo que va de año un 28,1%, y huevos, aceita y harina rondan el 15%: un golpe directo a la línea de flotación de la población más desfavorecida. Por eso, el Gobierno, consciente de que las dificultades pueden ponerle en un aprieto lo mismo que el crecimiento de dos dígitos le ha dado legitimidad, ha comenzado a introducir medidas, algunas drásticas, para controlar los precios.

En el centro de la diana ha puesto a los especuladores. La manipulación de precios se pagará cara. A cinco millones de yuanes (560.000 euros), exactamente. Y los bancos tendrán que comenzar a drenar el exceso de liquidez. Después de haber incrementado los tipos de interés, y tras haber prohibido los préstamos para una tercera vivienda y exigir un depósito en efectivo del 50% del valore de la segunda, se prevén sus restricciones. Porque el valor total de los créditos ya excedió en noviembre el previsto para todo el año.

Claro que a la población que ni siquiera puede pagar el alquiler esas medidas le quedan lejos. Por eso, las autoridades han comenzado a introducir límites en el precio de alimentos básicos como el aceite. Las consecuencia inmediata ha sido poco deseada: los fabricantes han parado la producción y se espera una falta de suministro.