Mariano Rajoy, escoltado por la plana mayor del PP, durante IV Encuentro de Presidentes Provinciales del partido, celebrado el viernes en Segovia. :: EFE
ESPAÑA

El PP pide a sus líderes locales que no den por hecha la victoria electoral

Un informe interno del partido opositor alerta de que los comicios municipales siempre «se ganan por décimas»

MADRID. Actualizado: Guardar
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La dirección del PP teme que la euforia que reina entre los militantes del partido pueda derivar en una desmovilización parcial de sus votantes en las elecciones locales y autonómicas de 2011. Para atajar este riesgo, la secretaría de Acción Electoral, ha distribuido un informe entre sus cuadros medios en el que recuerda que los comicios municipales «se ganan por décimas». Un aviso para que nadie se duerma en los laureles ni se desmoralice por el hecho de que no habrá goleada en mayo pese al viento a favor que constatan las encuestas.

Así consta en un estudio elaborado por el sociólogo Pedro Arriola para la responsable de Organización y Acción Electoral del PP, Ana Mato. En el documento, al que ha tenido acceso este periódico, se afirma a modo de arenga que el éxito en 2011 «dependerá del compromiso de todas y cada una de las organizaciones del partido» en esta recta final.

Arriola pone el acento en la singularidad de las municipales. Una cita en la que tanto el PP como el PSOE ven como mengua su caudal electoral en favor de los partidos minoritarios. En unas elecciones generales las candidaturas de socialistas y populares suman más del 80% de los votos, mientras que en la batalla por las alcaldías apenas alcanzan el 70%. La cuota de los partidos locales se sitúa en torno a un 10%.

El comportamiento ciudadano, además, es distinto en unas convocatorias y otras. El PP apenas ganó las municipales de 1999 al PSOE por dos décimas y escasos 40.000 votos, y diez meses más tarde los populares arrasaron en las generales con dos millones de sufragios y diez puntos de diferencia. En los últimos comicios locales, los de 2007, el PP ganó por casi 200.000 votos, pero en las generales del año siguiente, Zapatero aventajó en un millón de votos y cuatro puntos a Rajoy.

La dirección del PP exige a sus cuadros medios, según apuntó su líder el viernes en un acto con presidentes provinciales en Segovia, preparar «con seriedad» las candidaturas y los programas para lograr «una gran victoria» en las municipales que mantenga la línea ascendente que arranca en 2009 con Galicia, País Vasco, elecciones europeas y, hace dos semanas, en Cataluña.

Ventaja consolidada

Además de intentar contrarrestar y «minimizar» el peso de determinados partidos locales, la propuesta del departamento que dirige Mato pone el acento en otro factor que será determinante el 22 de mayo, el aumento del voto de los extranjeros con derecho a sufragio.

La clave, en cualquier caso, radica en «movilizar al máximo a los nuestros», afirman fuentes de la dirección del partido opositor.

El informe de Arriola mide asimismo el liderazgo de Rajoy. Si hoy se celebrasen elecciones generales, el presidente del PP lograría un triunfo más holgado que el de José María Aznar en 2000. La distancia con el PSOE no solo ha aumentado desde principio de 2010, cuando rozó el 5%, sino que se ha consolidado en entre los 15 y 18 puntos de diferencia, de acuerdo con los últimos sondeos de los medios de comunicación.

El sociólogo atribuye esta tendencia a dos hechos: la evidente caída del PSOE, pero también la capacidad del PP para atraer a nuevos votantes o a desencantados socialistas. De hecho, según diversas estimaciones que manejan en la dirección popular, el 10% de personas que votaron al PSOE en 2008 daría su apoyo a Rajoy. Esto supone más de un millón de nuevos votantes para el PP.

El análisis que hace el asesor del PP de los sondeos se detiene en dos momentos. Por un lado, antes de que el Gobierno acordarse en mayo las medidas de ajuste para frenar el déficit -en especial, la congelación de las pensiones-, el PP sacaba entre cuatro y siete puntos de ventaja al PSOE. Después del recorte, la formación de Rajoy se escapó hasta los 11 y 12 puntos.

La crisis de Gobierno que acometió Zapatero en octubre aparentó ser un punto de inflexión desmoscópico en el desmoronamiento socialista. En el PP se admite que la «operación de maquillaje de Zapatero» provocó una recuperación en las encuestas que, sin embargo, no se ha consolidado y, por tanto, tuvo «un efecto pasajero» porque las diferencias no paran de crecer.