Castillo adelantó ayer su posición en la banda derecha. :: VÍCTOR LÓPEZ
MÁS FÚTBOL

Tres puntitos y a otra cosa

Los de Iriondo son capaces de sobreponerse a los últimos varapalos y a sus numerosas bajas y consiguen romper la dinámica negativa El San Fernando logra una victoria sufrida y balsámica ante el Córdoba B

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La victoria es el mejor antidepresivo que existe en el fútbol y ayer el San Fernando se tomó la cápsula que necesitaba para escapar del oscuro pozo en el que se estaba sumiendo. Tres puntitos ante el Córdoba B pueden suponer la mejor medicina para reactivar a un paciente que ha estado muy crítico en las últimas fechas, pero que ha podido reanimarse a tiempo para que su corazón siga latiendo.

Aunque todavía se aqueja de muchos achaques que se deberá ir tratando poco a poco, parece que el enfermo respira. Ayer, por lo menos, la propuesta futbolística del equipo estuvo a años luz de la que realizó, por ejemplo, hace una semana ante el Conil, y a una infinidad de la que ni siquiera existió cuando se puso delante del Cádiz B, el pasado día de la Inmaculada.

Dado que era imposible que Brahím aportara toda la fuerza que se necesitaba arriba, Iriondo decidió meter a mucha gente por detrás de la punta de ataque para tener opciones de entrar en los dominios de un Córdoba B que, todo hay que decirlo, acompañó con su falta de criterio y su inexistente pegada a que la cosa al San Fernando le saliera redonda. Porque, desde luego, las ganas y la intensidad las puso sobre el tapete. Otra cosa es que, cuando el perro está flaco, todo se le vuelven pulgas.

Por eso no le entró un disparo de Sergio Beato en el minuto 12 que el central Bernardo sacó bajo palos. Tampoco una jugada que se fabricaron entre Brahím y el propio jerezano que acabó con un disparo del zurdo a una maraña de donde salió una pierna que evitó el gol sobre la cal. O una falta botada fabulosamente por Canito que se estrelló en la cruceta. Al menos, el premio al esfuerzo terminaría llegando. Beato, el más incisivo de los azulinos, agarró la pelota por su banda y protagonizó una fantástica internada para poner un pase de la muerte al que no llegó Brahím, pero que el central Ismael remachó dentro de su propia portería en su afán por evitar que Castillo, que había acompañado muy bien la jugada, llegase solo en el segundo palo. Fue además un tanto de los llamados psicológicos, curiosamente. Nada más sacar de centro Fernández Delgado mostraría el camino hacia los vestuarios.

La segunda mitad fue otra cosa completamente distinta. El filial que dirige Alfonso Hidalgo estiró líneas, y aunque no creó demasiado peligro sí que consiguió que el balón rondara constantemente por el área del conjunto isleño. Al menos el poco trabajo que tuvo Carrasco lo resolvió como lo haría un gran portero con casta.

Los de Iriondo supieron sufrir como equipo para mantener la ventaja ante un Córdoba B cuyos números ofensivos lo dicen todo, y es que sólo han conseguido materializar 14 goles en los 18 partidos que se llevan disputados.

Eso sí, aún no se les ve el 'feeling' propio de un equipo poderoso, parece que les falta el 'pellizco'. Tampoco la suerte acompaña en absoluto, y es que ayer cayó una nueva víctima puesto que Rodiel, que vio amarilla por simular un dudoso penalti, cumple ciclo y no podrá estar en Ayamonte.

Salvo que lleguen a tiempo los refuerzos desde la enfermería, habrá que seguir luchando con un centro del campo y una delantera manidas. Al menos queda un poco de tiempo, ahora se aproxima un parón navideño que puede ser importante para recuperar a gente. Y lo más importante, con ánimos renovados.