:: EVA LINDBERG
Ciudadanos

«Sin un domicilio fijo, voy pasando de familiar en familiar»

Jacinto Díaz, 43 años

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Hace mucho que Jacinto Díaz no tiene un domicilio fijo. Va pasando las semanas en distintas casas de su familia, «algunos días aquí y otros allá». Ellos le ayudan en el día a día mientras él sigue buscando un trabajo que acaba de llegar. No tiene grandes responsabilidades a su cargo: no está casado ni tiene hijos, «estoy soltero», afirma, pero aún así le resulta difícil llegar a fin de mes con la ayuda de 426 euros «aunque ahora va a ser peor». Cuando le preguntan a Jacinto qué va a hacer a partir de ahora, se encoge de hombros. No lo sabe, no lo quiere ni pensar. Aprieta fuerte un papel y confiesa, «espero no saberlo porque tengo una entrevista de trabajo y espero que me den el puesto». Jacinto trabajaba en la construcción, aunque ahora está dispuesto a coger el puesto que sea con tal de que sea un empleo. Lleva más de un año sin trabajar y se le hace duro, aunque reconoce que sin la ayuda de la familia no podría seguir adelante. Las fechas navideñas tampoco ayudan, sobre todo cuando hay que pensar en comprar los regalos para demostrar la gratitud. Jacinto aprieta el papel de la oferta de empleo y pide su deseo de Navidad: «A ver si este año los Reyes me traen un puesto de trabajo», así no pensará más en el fin de las ayudas del Gobierno, ni en los 426 euros que le dejarán de ingresar.