Doña Blanca albergará un gran complejo cultural y hostelero
El parque tendrá yacimientos, museos, salas de exposiciones, hoteles y restaurantes
Actualizado: GuardarCádiz es una provincia singular, con un rico y variado patrimonio que aún no se ha valorado como merece. Sin embargo, pese a que las administraciones aún no son conscientes de su valor socioeconómico, hay expertos que han visto claramente el potencial de estos recursos. Es el caso del profesor de Prehistoria de la UCA, Diego Ruiz Mata, que no duda en afirmar que Cádiz «es el origen de la Europa occidental». El arqueólogo lleva treinta años impartiendo conferencias en todo el mundo y firmando artículos que defienden el extraordinario valor histórico del yacimiento fenicio de Doña Blanca, en El Puerto. Ahora, desde la propia institución universitaria, ha madurado un proyecto que por fin empieza a materializarse gracias al apoyo de algunos empresarios. Se trata de un enorme parque arqueológico en torno a Doña Blanca que incluiría yacimientos, museos, salas de exposiciones, de proyecciones en 3D, y que se llamará Parque Phoenix-Mediterránea, en alusión a la civilización que dio origen a Cádiz. Pero no sólo sería un espacio cultural, tendría también hoteles, restaurantes, una guardería y un centro de investigación dependiente de la propia Universidad.
Durante mucho tiempo Cádiz fue «el axis mundi o eje del mundo», apunta Juan Manuel Balaguer, el segundo alma máter de este proyecto, a través de la plataforma Cádiz 2013. Cádiz fue centro mundial «del comercio y la navegación», y es lo que ambos expertos buscarán «certificar desde los vestigios arqueológicos».
«El problema es que lo culto siempre se asocia a lo elitista y minoritario, pero no es así», reconoce el ingeniero gaditano, ya que «el patrimonio nacional es del pueblo».
El profesor Ruiz Mata y el equipo de ingenieros de Cádiz 2013 llevan dos años gestando este proyecto de parque cultural, un modelo genuino de musealización de un espacio de 500 hectáreas, que se extendería entre los términos municipales de El Puerto y Jerez, en torno a los alrededores de la Sierra de San Cristóbal. «Se trata de un modelo de industria cultural sin precedentes» que aprovecharía la riqueza de elementos históricos y naturales y su potencial social, económico y científico.
Uno de los objetivos es «reconstruir los paisajes perdidos», apunta Balaguer, lo que significa recuperar los contactos con Tiro, Cartago, Grecia y otras zonas del Mediterráneo que fueron clave en el mundo antiguo.
5.000 años de Historia
«Cubrimos un espectro de 50 siglos de ocupación, lo que nos hace excepcionales y líderes mundiales del turismo cultural», asegura rotundo Balaguer. «En este sentido, es innegable que hay una materia prima excepcional».
Uno de los grandes retos es acercar la arqueología a la sociedad de forma atractiva. «Tiene que ser un espacio de ocio, divertido, que interese a todo el mundo». Pero no es un parque temático, ya que «no se sustenta en la especulación inmobiliaria». Según este empresario con más de cuarenta años de experiencia, el parque Phoenix-Mediterránea será «un espacio académico pero también divertidísimo». Así, los visitantes podrán hospedarse frente a ruinas fenicias o romanas, interactuar con los propios científicos, disfrutar del entorno natural y sus especies autóctonas, hacer rutas culturales por los museos de toda la Bahía, senderismo o aprender cómo se hacía el vino en el siglo III antes de Cristo.
Por otro lado, el Centro de Investigación universitario que se proyectará dentro del complejo se destinará a la formación de jóvenes arqueólgos e incluirá también residencias para becarios e investigadores. Así, el parque, además de ser un espacio cultural, fomentará el espíritu académico, el estudio y la investigación científica.
Apoyos e inversión
El proyecto está sustentado en un equipo multidisciplinar que forman arqueólogos, ingenieros, arquitectos, expertos en museografía, nuevas tecnologías, etc. Por ahora, el futuro Phoenix-Mediterránea ha entusiasmado a los responsables de las distintas administraciones, y se ha granjeado apoyos en los ayuntamientos de la Bahía y la Junta de Andalucía.
Para su puesta en marcha ha contado con cuatro pilares básicos, cuatro fundaciones, algunas de las cuales se han creado expresamente para su desarrollo: la Fundación Phoenix Mediterránea (detrás de la cual está la Universidad de Cádiz), Musa (se encargará de la museografía a través del Centro Internacional para el Desarrollo de los Museos), Tecnotour (abarcará todas las necesidades técnicas y tecnológicas del parque desde su sede en Chiclana) y la Fundación RedKampus (que se encargará de promocionar desde la universidad el contacto con los jóvenes, la divulgación).
Por otro lado, el proyecto tendrá patronos privados como el grupo de comunicación Vocento, u otros de carácter institucional como los distintos ayuntamientos de la Bahía, la Junta de Andalucía, Diputación de Cádiz, Horeca (asociación de hosteleros de la provincia) y la Confederación de Empresarios de Cádiz (CEC). Según apunta Juan Manuel Balaguer, luego se irían sumando distintas sociedades mercantiles que se encargarán de desarrollar los cines, restaurantes, hoteles, transporte y proporcionar los distintos servicios.
En definitiva, se trata de un Plan de desarrollo sostenible de la Bahía. «Si algo es sostenible, es esto», asegura Ruiz Mata.
El parque arqueológico precisa una inversión patrimonial que rondará los 200 millones de euros. Por ahora, hasta finales de 2010, se ha invertido un millón de euros en la fase embrionaria. «Para 2011 las distintas fundaciones aportarán en torno a tres millones de euros. Se harán maquetas y se perfilarán los valores absolutos», apostilla Balaguer. La verdadera inversión, que tendrá un carácter eminentemente privado, vendrá a partir de 2012, momento en el que se empezarían las obras en el complejo. El ingeniero gaditano reconoce que ya hay fondos de inversión y estructuras de capital riesgo interesadas, así como inversores privados. También algunos bancos mundiales y marcas, aunque Balaguer no se aventura a dar nombres.
En definitiva, se trata de un proyecto ambicioso que evidenciará las posibilidades de desarrollo económico y generación de empleo de las industrias culturales.