Los hoteleros de la provincia estudian cerrar sus alojamientos por el descenso de clientes

La Costa de la Luz siempre tuvo un problema con la estacionalidad de la demanda, puesto que es un destino de sol y playa, asociado al buen tiempo. Y así se explica la resignación de parte del sector turístico. Pero la crisis económica ha ido enfriando aún más los negocios hoteleros en los últimos inviernos. Las pérdidas de conexiones aéreas del aeropuerto de Jerez con ciudades europeas (especialmente con las alemanas, ya que es el principal mercado para Cádiz en invierno) ha ido echando jarros de agua fría a las cuentas de los hoteleros. En estos momentos son muy pocos los que mantienen abiertos sus alojamientos vacacionales de cinco y cuatro estrellas. En Sancti Petri son cuatro establecimientos de este tipo (además de los apartahoteles): Meliá Sancti Petri, Barrosa Park, Iberostar Royal Andalus y Vincci Costa Golf. Entre todos suman unas 3.000 plazas, aunque todos los directores apuntan que los hoteles funcionan según la demanda, lo que se traduce en una plantilla mucho más reducida que en verano.

El director de Vincci Costa Golf, Francisco Puente, el alojamiento más pequeño de los abiertos en Chiclana, ha sido el primero en ser claro en su balance. «Si esto sigue así, el próximo invierno cerramos», sentenció Puente y cifró que la caída de vuelos afectará al destino con una descenso del 60% de los pasajeros procedentes de conexiones internacionales. «Estamos temblando. No sé lo que va a pasar. En el balance de noviembre ya se notó. Y hasta febrero, el panorama pinta bastante negro», sentenció el directivo. El director comercial de Hipotels, -cuya cadena mantiene abierto el Barrosa Park en Chiclana y Sherry Park en Jerez, como alojamiento de ciudad-, Dushan Ocepek, especificó que su empresa tiene un compromiso con sus trabajadores. «La firma hace un esfuerzo por mantener el mayor número de días de trabajo para su plantilla de siempre», apuntó Ocepek, «pero el invierno no es rentable en absoluto». Y fue más allá, apuntando que si esto sigue así «habrá que plantearse si merece la pena mantenerlos abiertos».

Todos los hoteleros consultados apuntan a la falta de conexiones con el aeropuerto de Jerez como el principal escollo para atraer a turistas a la Costa de la Luz. Y los mismos subrayan que los políticos provinciales «deberían hacer algo para atraer a las compañías aéreas». El director de Vincci Costa Golf apuntó que ya lo vivió en Granada, «cuando entre todos (empresarios y Administración Pública) aportábamos ideas para apoyar los vuelos al aeropuerto de la provincia». Esto funcionó «hasta que las instituciones nos dieron la espalda y no pudimos mantenerlo», sentenció Puente.

Respecto a la posibilidad de 'subvencionar' vuelos a través de ayudas a la promoción, o con cualquier otra fórmula legal que se busque, la diputada de Turismo y gerente del Patronato Provincial de Turismo, Irene Canca, aseguró que no había recibido esta petición por parte de la patronal. «A mí no me ha llegado ninguna petición de ese tipo. De todas formas, Canca recordó que la misión del Patronato es promocionar el destino, «y eso es lo que estamos haciendo, facilitando el camino, pero no subvencionando». Y recordó las últimas conversaciones con la aerolínea irlandesa Air Lingus, mantenidas en la pasada edición de la feria internacional de turismo de Londres, World Travel Market.

El secretario general de la Federación de Comercio, Hostelería y Turismo de CC OO en Andalucía, Gonzalo Fuentes, se mostró muy preocupado por la marcha del destino Costa de la Luz en temporada baja. «Necesitamos vuelos directos como sea», sentenció Fuentes, quien abogó por controlar las inversiones con criterios de rentabilidad social. «Sería hacer algo parecido a lo del Imserso, donde por cada euro invertido se generan 1,5 euros», apuntó el sindicalista andaluz.

Esta reclamación no es nueva pero ahora se vuelve más clara y contundente por parte de los hoteleros. Por su parte, el representante de la patronal hotelera gaditana, Antonio Real, quiso ser más optimista y argumentó que aún queda «algo de margen para reaccionar».