Rajoy culpa al presidente y a José Blanco del caos en los aeropuertos
MADRID. Actualizado: GuardarMariano Rajoy condenó en el Congreso la huelga salvaje de los controladores, a quienes calificó como «los culpables directos del caos aéreo». Dedicó a ello 11 líneas de su discurso, las primeras. Empleó las otras cinco páginas en dejar igual de claro que España ha llegado a esta situación extrema por «la falta de previsión», la «torpeza», y «la pasividad, desidia y el no hacer nada» del Gobierno de Zapatero, que es corresponsable político del colapso. «Ustedes han dañado al conjunto de los españoles», espetó desde la tribuna al presidente del Ejecutivo.
Dio su apoyó al decreto de estado de alarma porque, ante «la imprevisión y la imprudencia» del Ejecutivo y su incapacidad para encauzar el conflicto, era la única medida que permitía liberar a los pasajeros atrapados. No obstante, indicó que la alarma, que espera ver derogada lo antes posible, «equivalió a una proclamación de impotencia». «Usted -añadió- lo deja todo para el último día y así quedan los ciudadanos en la situación en la que quedan; es su estilo de gobierno: no hacer nada hasta que no queda más remedio y, entonces, hacerlo como sea».
Rajoy no pidió dimisiones, pero exigió a Zapatero que «ponga orden en el ministerio de Fomento», a cuyo titular, José Blanco, definió como un «ministro a tiempo parcial» -también es el 'número dos' del PSOE-, que debería «dedicarse a lo que se tiene que dedicar». Aunque dijo que no iba por Blanco, recuperó la frase que Alfredo Pérez Rubalcaba dirigió en 1999 al entonces ministro de Fomento del PP. «Es un inútil total con dosis de caradura, que siempre encuentra una excusa para no asumir responsabilidades», leyó. Lamentó que «vivir» con Zapatero es «ir de sobresalto en sobresalto» y no desaprovechó la oportunidad para reclamar, una vez más, un adelanto electoral. «Sea lo que fuere lo que le quede de mandato -dijo-, confío en que estas situaciones no se vuelvan a repetir.