El presidente del Congreso, José Bono, y el vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba charlan, ayer, en el Congreso. :: EFE
ESPAÑA

Bono sugiere que llegan a diputados los amigos de los que hacen las listas

El presidente del Congreso se muestra partidario de modificar la ley electoral, pero sin menguar el poder de los partidos nacionalistas

MADRID. Actualizado: Guardar
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José Bono en estado puro. El presidente del Congreso ha arremetido, en la misma semana en la que se conmemoran los 32 años de vigencia de la Constitución, contra Mariano Rajoy y contra la Ley Orgánica de Régimen Electoral General.

Si el martes recomendó al PSOE que «mimará» al líder del PP «mientras descansa» -le pidió disculpas a las pocas horas de conocerse estas declaraciones-, el miércoles por la noche en el programa de Ángel Expósito, en La 10, defendió la necesidad de introducir las listas electorales abiertas.

Una acción con la que se evitaría que el camino «más fácil» para convertirse hoy por hoy en diputado sea ganarse «la amistad» de la persona que confecciona las candidaturas.

Un hecho que, a su juicio, convierte a los parlamentarios en «dóciles» porque nunca van a contestar a aquellos que los designaron. Sin embargo, negó la necesidad de constreñir las ventajas que, tal y como enfatizan formaciones como Izquierda Unida, la actual ley otorga a partidos PNV o CiU. «A los nacionalistas hay que ganarles en las urnas», remachó el ex presidente de Castilla-La Mancha

Bono incidió en esta tesis durante la entrevista que concedió ayer a RNE, no sin antes dejar claro que se trataban de comentarios realizados a título personal. El máximo responsable de la Cámara Baja fue, incluso, más explícito: «Es que ahora para ser diputado, es más eficaz ser amigo de Soraya Sáenz de Santamaría o de José Blanco que elegir el distrito adecuado».

Bono acertó en atribuir en su ejemplo el poder orgánico al ministro de Fomento, que a su vez es vicesecretario general del PSOE, pero erró al otorgar a la portavoz del grupo popular en el Congreso unas atribuciones que no son las suyas.

Precisiones proselitistas aparte, lo cierto es que el presidente del Congreso hurgó en la herida y achacó a intereses partidistas de socialistas y populares la negativa a emprender una reforma de esta norma -que obligaría a su vez a modificar la Constitución-, ya que las dos principales formaciones parlamentarias «perderían mucho de su poder». Bono y Rajoy tuvieron un serio rifirrafe minutos antes de iniciarse los actos oficiales del Día de la Constitución, sobre todo cuando el mandatario popular, tras recibir las disculpas de Bono por su paráfrasis sobre el liderazgo en el PP, le dijo que no se sentía «ofendido» por sus críticas teniendo en cuenta «lo que vas diciendo por ahí de José Luis Rodríguez Zapatero».

Diecisiete de todo

El jefe del principal partido de la oposición se refiere a unos supuestos comentarios despectivos que Bono le habría dedicado en privado a su compañero José Luis Rodríguez Zapatero. Sin embargo, tanto Rajoy como Bono han coincidido este mismo mes en la necesidad de abrir un debate sobre el actual modelo autonómico. «17 gobiernos, 17 parlamentos, 17 tribunales superiores, está bien, pero 17 defensores del pueblo, 17 consejos económicos, 17 televisiones.», explicó antes de defender que «algún ajuste tenemos que hacer» en favor de España y del bienestar de los españoles.

Soraya Sáenz de Santamaría, sin conocer las últimas declaraciones de Bono, criticó al presidente del Congreso por el discurso que supuso el eje central de los actos de conmemoración del 32 aniversario de la Carta Magna. La portavoz popular censuró a Bono por «hacer intervenciones de partido» y erigirse en «portavoz del Gobierno, como si ya tuviera pocos».