Unos operarios trabajan para erradicar estas plantas con productos químicos. :: L. V.
Ciudadanos

El peligro de lo exótico

Especies como el diente de león o el vinagrillo se propagan y se han convertido en una seria amenaza para el ecosistema gaditano

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Muchas se consideran como propias de la provincia, sin embargo, se han convertido en una seria amenaza para el propio ecosistema autóctono. Tienen la habilidad de reproducirse de forma rápida, de adaptarse a una velocidad de vértigo a los nuevos entornos y saber cómo competir por los recursos naturales. Se tratan de las especies exóticas invasoras que han conquistado diferentes partes del territorio gaditano poniendo en peligro la diversidad local tanto en el apartado de la flora como en el animal. En la provincia de Cádiz son varios los focos que se han detectado con este problema, especialmente centrado en las zonas de marismas. De hecho, en los últimos años se han comenzado a desarrollar programas de eliminación, prevención y recuperación con el objetivo de reducir el grave impacto que llegan a causar este tipo de especies que se caracterizan por su capacidad para introducirse en los ciclos biológicos de una región para alterarla o incluso destruirla.

José Manuel López es jefe del departamento de biodiversidad de la delegación provincial de Medio Ambiente y tiene claro que «existen actualmente muchas especies en la provincia de las denominadas invasoras con un sistema de reproducción que les permiten una colonización de zonas desnudas de forma tan rápida que impiden el desarrollo de las especies autóctonas». Entre las que ya se consideran como especies propias se encuentran el diente de león y el vinagrillo. La primera tiene una procedencia europea y está considerada como una mala hierba si bien se le ha atribuido en las diferentes épocas propiedades medicinales. La segunda destaca por su origen sudafricano y su fácil desarrollo en climas calurosos o templados, siendo muy sensibles a las heladas.

Ante estos casos López ya advierte de que su «erradicación ya no tiene sentido porque forman parte del ecosistema. Se ha perdido la batalla contra este tipo de especies y lo que hay que intentar evitar es que ocurra lo mismo con otro tipo de plantas». Se refiere a la cola de gato que prolifera en espacios de Puerto real y El Puerto. Al plumero que se puede encontrar en el Campo de Gibraltar o a las acacias que se han extendido por diferentes zonas de la provincia.

¿Cómo erradicarlas?

Para atajar este problema existen varios métodos de erradicación. Principalmente se utilizan tres: el manual, la utilización de productos químicos y la combinación de los dos anteriores. Y es que, los efectos negativos de las especies invasoras son muy problemáticos. Cabe destacar la disminución del espacio y recursos disponibles para las especies autóctonas, lo que da lugar a su desplazamiento y consiguiente pérdida de diversidad, el incremento de la frecuencia de incendios, el coste en la gestión de los espacios naturales y agrícolas (escardas, desbroces), daños para las infraestructuras e incluso riesgos para la salud humana.

Precisamente es el ser humano uno de los principales causantes de la introducción de especies autóctonas en zonas locales, de modo que las autoridades recomiendan no liberar ninguna mascota en un entorno natural ya que se puede propiciar su reproducción incontrolada.