Velas encendidas e imágenes de Marcos para darle fuerza. :: J. C. C.
Jerez

Marcos supera la operación

Su corazón tiene que acostumbrarse ahora a trabajar en sentido contrario, por lo que la evolución de los próximos días es crucial Tras casi siete horas de intervención, el niño pasó a la UCI para recuperarse

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«La operación ha sido un éxito». Con estas palabras comunicaba Juan Carribero pasadas las ocho de la tarde que los médicos estadounidenses estaban cerrando ya la cicatriz que va a darle una nueva vida a su hijo Marcos. El pequeño había superado la compleja intervención de Fontán y media hora después lo trasladaban a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), donde iniciará su recuperación.

Tras casi siete horas de espera, sus padres en Boston y sus familiares y amigos en Jerez respiraban aliviados y la alegría, por fin, se hizo un hueco en sus rostros. Y no es para menos porque la lucha del pequeño con su rara cardiopatía congénita (atresia pulmonar, hipoplasia de VD y estenosis tricúspide) empezó al poco de nacer y, después de más de veinte intervenciones, se enfrentó ayer a corazón abierto a la más importante de su vida. A través de una videollamada, las buenas noticias llegaron por fin después de muchos días de nervios en las que la preocupación fue la nota dominante.

Los allegados de los Carribero Moreno estaban desde las 13.30 horas concentrados en la plaza del Arenal. A resguardo del temporal en una carpa cedida por Onda Jerez, un corazón dibujado con velas en el suelo recordaba a todos el motivo de su reunión. En una pantalla grande se proyectaron fotografías y vídeos de Marcos con sus padres y su hermana mientras empezaban a llegar las noticias de Boston con cuentagotas. El inicio de la operación se retrasó casi una hora pero, al margen del tiempo, todo iba según lo previsto. «Poco después de que le hicieran el cateterismo, quería levantarse de la cama. Es un niño muy fuerte», contó una de las tías de Marcos, Luisa Toro.

A través de internet ya por la tarde, Juan Carribero contó que «los médicos son optimistas y nosotros también». La pareja estuvo reunida con el cirujano Pedro del Nido durante una hora el día antes de la operación y les contó que «en este momento Marcos tiene un alto porcentaje de supervivencia».

El proceso

Antes de iniciar la intervención de Fontán, los médicos tuvieron que desmontar los dispositivos que Marcos tiene en su cuerpo de operaciones anteriores: «Ahora está conectado a la máquina de pulmón y corazón», dijo su madre desde Boston a las siete de la tarde.

«Le tienen que quitar el ventrículo que no le sirve y reconstruirle el que le falta. Para la saturación del oxígeno le dejarán un orificio que se cerrará dentro de dos o tres años», explicó Juan, habituado ya a términos médicos. «Su corazón empezará a trabajar a partir de ahora en sentido contrario y tendrá que acostumbrarse» por lo que «la recuperación va a ser muy dura».

Así, «habrá que esperar cuatro o cinco días a ver cómo evoluciona Marcos. Nosotros no tenemos prisa, lo único que queremos es que se reponga», añadió. Cuando el pequeño se recupere de esta operación, los especialistas estudiarán el tratamiento más adecuado para su hidrocefalia, provocada por su cardiopatía congénita.

Ocho semanas

Es muy pronto para saber cuánto tiempo estarán allí pero el cálculo ronda entre las seis y las ocho semanas. Marcos tendrá que pasar hospitalizado al menos quince días y luego necesitará un tiempo de recuperación extra para poder tomar un avión de vuelta a casa.

Poco antes de la operación, el pequeño empezó a darse cuenta de que algo grave ocurría a su alrededor: «Cuando vio a tantos médicos solo decía avión y casa. Se puso a llorar y nos pedía que lo lleváramos a Jerez, explicó su padre.

En unos momentos tan duros para unos padres, tuvieron una vez más palabras de agradecimiento a sus paisanos: «Gracias a todos. Si no hubiera sido por todas esas personas, no estaríamos en Boston con Marcos», dijeron.

La familia Carribero Moreno aterrizó en Boston el pasado jueves. El niño ingresó el viernes y se le realizaron varias pruebas preparatorias para la operación. Entre otras cosas, detectaron algunas venas que habían crecido alrededor de su castigado corazón -algo habitual en casos como el suyo- y las taponaron. Juan y Ana Mari aseguran que el hospital estadounidense es muy alegre y colorido para los niños. Por ejemplo, «la máquina del TAC es un castillo».