Pallarés impide la victoria sevillista en el último suspiro

Un tanto de penalti del Roquetas en el 89 impidió que el Sevilla Atlético sumara tres trabajados puntos. El partido, que parecía sentenciado tras el golazo de Luis Alberto en el 81, tuvo un epílogo cruel para los de Ramón Tejada (pese a que los visitantes terminaron el pleito con dos futbolistas menos sobre el terreno de juego).

El Roquetas, por su parte, sacó tajada de uno de los peores encuentros del filial (mermados por las bajas de Luna, Rodri, Hugo.). Si bien por ocasiones merecieron que los puntos se quedaran en las instalaciones de la carretera de Utrera, no es mucho menos cierto que el trabajo, la constancia, la fe y la entrega provocaron un empate que puede sonar a sorpresa desde fuera, pero que desde luego costó mucho pero no fue, nada más y nada menos, lejos de lo previsto por el entrenador foráneo.

Pese a las bajas y la lluvia, el filial comenzó mandando. Al Roquetas le valía el empate, nadando y guardando la ropa sin demasiadas complicaciones.

Al Sevilla Atlético le faltaba claridad y llegada para desnivelar un pleito que comenzaba a oler a empate. Además, veía al Roquetas crecerse con el devenir de los acontecimientos. Al descanso, 0-0 después de un primer acto menos vistoso de los previsto.

Luis Alberto, en el 48, rozó el 1-0. El Sevilla Atlético había salido fuerte, más entonado que con anterioridad. Eso sí, el gol se le seguía resistiendo. Y eso comenzaba a pasarle factura al filial hispalense. A poco más de 20 minutos por delante, cambio táctico en los locales. Ñoño al campo y Luis Alberto como mediocentro.

Era la última carta para que los hispalenses dejaran en casa los puntos. Javi Martínez lo intentó en el 75, pero no era el día de los blancos. Cuando el empate parecía irremediable, genialidad y golazo de Luis Alberto. Tanto que no sirvió para nada tras la igualada lograda por los visitantes desde el punto de penalti en el 89. Al final, reparto de puntos en la ciudad deportiva Cisneros Palacios. Al Sevilla Atlético le toca ahora visitar el complicado Ramón de Carranza.