TIEMPOS REVUELTOSEL BUENO DE JUANITO
La Junta ha ofrecido a sus empleados de Justicia trabajar horas extra por la tarde; quizá debería haberlo hecho con parados
Actualizado: GuardarTengo que reconocer que la semana pasada un cosquilleo de honda satisfacción me recorrió el cuerpo cuando tras el correspondiente escrutinio vi el carajazo -político, claro- que se pegó Esquerra Republicana de Cataluña en las elecciones. Y me acordé del tal Puigcercós y de sus despectivas alusiones a Andalucía «donde no paga impuestos ni Dios». Ay, amigo Joan, mira que te lo dijimos. Juanito no cojas por ahí que te vas a caer, Juanito que te caes, Juanito. ea, que hocicaste. Me encanta el verbo hocicar, pero hay que pronunciarlo con hache aspirada. No me negarás Joan que en Andalucía tenemos un vocabulario amplio y popular. Dinero no tendremos mucho, pero de sabiduría popular nos sobra. Y no te olvides, Juanito, que el pueblo pone al final a cada uno en su sitio. Vamos, que hoy tenemos 21 escaños en el Parlamento y mañana tenemos diez. Y ya veremos lo que ocurre pasado mañana. Qué miedito te tiene que estar entrando por ese cuerpo catalán tuyo, Juanito, que hasta has puesto tu cargo a disposición del partido. Si finalmente coges las de Villadiego te podría recomendar varios sitios de lujo en Andalucía donde poder relajarte la mar de bien. ¿La factura te la ponemos con IVA o sin IVA, Joan? Con que los andaluces no pagamos impuestos. Me gustaría presentarte a un amigo mío, propietario de una empresa pequeñita pero constante y fructífera ubicada en Jerez, Juan. Alguna vez he tomado café con él justo cuando venía de pagar el impuesto de sociedades. Te ibas a enterar tú de la gracia tan grande que tenemos los andaluces. Total, Puigcercós, que te han puesto mirando para Perpignan. Me da la sensación de que erraste el tiro. Aquí las empresitas pequeñas y medianas, las grandes compañías y la mayoría de los ciudadanos cumplen con el fisco como en tu amada Cataluña. Las que no sueltan un duro son las administraciones públicas en general y los ayuntamientos en particular. La cosa está canina. La mayoría tiene sus deudas con la hacienda pública, pero lo más sangrante es lo que le deben a proveedores, a pymes que ponen en juego su futuro porque tal o cual municipio no suelta la pasta. Recientemente pude leer un comunicado de la Asociación de Empresas Turísticas de Cádiz en el que exigen a los consistorios que paguen, que no pongan más en juego el empleo de los que trabajan en estas firmas, que no se conviertan en un freno al desarrollo. Es una paradoja vergonzante y denunciable en los juzgados. Manda bemoles que aquellos que están llamados a liderar el desarrollo en sus territorios sean los que en mayor medida están impidiendo el crecimiento debido a las deudas impagadas que tienen con decenas de pequeñas y medianas empresas. Señalaba esta asociación de empresas turísticas que este hecho está provocando que no puedan cumplir con sus compromisos fiscales ni laborales «causando atrasos en los salarios, y, en ocasiones, viéndose obligados a realizar incluso algunos despidos hasta la fecha». Oye, y tú cómo es que te has quedado sin trabajo. Pues porque el Ayuntamiento no le paga a mi empresa. Es algo ciertamente demencial. Y estamos hablando de un sector, el turístico, con el que los políticos no paran de llenarse la boca por su importancia, sus posibilidades y toda esa parafernalia. Qué pasara con otros sectores productivos de nuestra sociedad. Por eso te decía, estimado Juanito, que no apuntaste bien con tus dardos envenenados, que al final han actuado como un boomerang y se te han clavado en el culo. Perder once escaños de una tacada tiene delito ¿eh? Salvando las distancias me recuerdas a aquellos andalucistas que consiguieron al principio de la democracia el favor de los votantes y que tuvieron voz en el Parlamento andaluz y en Madrid hasta que el personal se dio cuenta de que aquello era un circo. Tened cuidado en Esquerra que la gente os ha calado y en el plazo de pocos años no os vota ni Dios. Si Juan, Dios, ése que no paga impuestos en Andalucía. Pero no porque aquí haya más picaresca que en otros lugares, sino porque Dios nos regaló una tierra tan bonita que nunca dejamos que pague nada, lo convidamos nosotros. Adiós, Juan.