Dar la cara
Actualizado: GuardarEl denominado caso de los asesores municipales ha escrito un nuevo capítulo esta semana con las declaraciones ante la jueza del marido de la alcaldesa, de la edil África Becerra y de dos empleados del Ayuntamiento. Ha sido el enésimo. Y los que quedan. El asunto va para largo y hasta bastante más allá de las elecciones no se resolverá. O al menos eso es lo que aseguran los entendidos en temas judiciales. Pero eso no está evitando -ni tampoco lo va a hacer en los próximos meses- que se siga utilizando para lograr réditos políticos. Unos atacan y otros se defienden, como en cualquier contienda que se precie. Y no faltan tampoco los que dirigen a sus tropas desde la sombra, como si de un tablero de Risk se tratara, sin que falten los movimientos de fichas y las estrategias para derrocar al enemigo.
Pero esta vez me gustaría detenerme en otro aspecto de este culebrón político-judicial. Concretamente en uno que, esta vez sí, me ha gustado. Se trata de la decisión que tomaron los dos principales protagonistas de los cuatro citados a declarar el pasado miércoles en los juzgados por el mencionado caso de los asesores, que, como a buen seguro la mayoría recordará, es consecuencia de la denuncia que el ex alcalde Pedro Pacheco presentó contra la actual primera edil, Pilar Sánchez, por la supuesta contratación irregular de algo más de una treintena de trabajadores y altos cargos para el Ayuntamiento de Jerez. Me refiero a Juan Carlos Jiménez, marido de la alcaldesa y ex jefe de Gabinete, y África Becerra, delegada municipal de Medio Ambiente. Cuando muchos podían pensar que tratarían de esconderse, resulta que no, que no lo hicieron. Hablaron tranquilamente con la prensa. Explicaron lo que declararon ante la jueza y ofrecieron su visión sobre sus respectivas imputaciones. Con total normalidad. Y eso es algo que, por poco habitual cuando debería ser al contrario, sorprende. En este caso gratamente. Otra cuestión es lo que pase en el futuro. El proceso seguirá su curso y deberá poner en su sitio a cada uno de los implicados en el mismo, que, por cierto, son bastantes. Demasiados, quizá.
Otro detalle que llamó mucho la atención fue cómo llegó Becerra a los juzgados. Lo hizo acompañada, además de por su abogado, por los ediles Antonio Fernández Ortega e Irene Canca. Algunos más quiso estar pero no pudo. Significativo por razones quizá sobradamente conocidas para muchos a estas alturas de la película. Son dos de los considerados concejales socialistas díscolos o críticos con la gestión de Pilar Sánchez, también del PSOE. Como la propia África Becerra. La interpretación creo que es más que evidente. Nada nuevo, en realidad. De hecho, se trata de la enésima escenificación de una realidad que ya casi nadie se molesta en ocultar. La duda en estos momentos es cómo podrá sostenerse esto hasta el final de la legislatura.