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PP y PSOE convierten el caos aéreo en otra disputa política
Pons responsabiliza del colapso a Zapatero y Gaspar Zarrías insinúa que el partido opositor está compinchado con los controladores
MADRID. Actualizado: GuardarEntre los dos grandes partidos españoles no hay terreno para el entendimiento. El caos aéreo desatado en España por la huelga salvaje de los controladores se convirtió de inmediato en munición para una nueva batalla partidista entre PP y PSOE, plagada de duras descalificaciones y reproches. El PP, nada más conocerse la declaración del estado de alarma, salió a la palestra para culpar directamente a José Luis Rodríguez Zapatero del desastre en los aeropuertos y para anticipar que exigirá responsabilidades políticas. La respuesta del PSOE fue instantánea e igual de contundente. Calificó a los populares de «oportunistas» y «caraduras» por ponerse «del lado» de los controladores e insinuó que los técnicos aéreos y el partido opositor podrían estar compinchados.
Los encargados de trasladar el parecer de ambas formaciones fueron Esteban González Pons, el portavoz de la dirección nacional del PP, y Gaspar Zarrías, miembro de la ejecutiva federal del PSOE. Dio igual la excepcionalidad del estado de alarma o la conversación telefónica que minutos antes del anuncio oficial de decreto mantuvieron Zapatero y Mariano Rajoy, los portavoces de ambos partidos trasladaron a los ciudadanos mensajes sin concesiones.
Solo fueron capaces de ponerse de acuerdo en un punto: la huelga salvaje en los aeropuertos es «inadmisible», se trata de un «chantaje insoportable hacia todo el país», y el Gobierno debe tomar todas las medidas legales en su mano para «restablecer y garantizar» los derechos de los varios centenares de miles de viajeros perjudicados. No obstante, aún en esto hubo lugar para la pulla, como cuando los populares ofrecieron «ayuda» para solucionar el conflicto, dada la «incapacidad» de un Gobierno al que perciben «superado por la situación».
Un González Pons serio e indignado, que destacó que su líder nacional estaba desde el viernes «atrapado» en Lanzarote, «sin poder irse de vacaciones ni poder ponerse a trabajar», centró su mensaje desde el minuto uno. Dijo que está claro quiénes son los «culpables» directos del colapso aéreo, en referencia a los controladores, pero añadió que está igual de claro quién es «el responsable político» de este caos: «El Gobierno de Zapatero». Cree que el Ejecutivo sabía desde hace días lo que podía ocurrir y aún así aprobó el decreto que regula los horarios de estos técnicos justo antes del mayor puente vacacional del año, sin importarle las consecuencias para miles de personas, actuación por la que anticipó que exigirán que los miembros del Gobierno «asuman responsabilidades políticas». Señaló que el Ejecutivo debe responder a muchas preguntas y, entre ellas, a si sabía que esto podía ocurrir, a por qué no retrasó la aprobación del decreto, o a por qué, ante la posibilidad del colapso, no estableció «un plan alternativo» de desplazamientos masivos por tren y carretera.
El PP cree que, por culpa de Zapatero, España ha pasado en tres días de «privatizar aeropuertos a militarizarlos». Pons se preguntó, «con el corazón en la mano», «qué más le puede pasar al país con este Gobierno», tras una semana con crisis de confianza en los mercados, un conflicto con Marruecos y la declaración de un estado de alarma. Concluyó que el problema no solo es Zapatero sino que, como ocurrió ayer, «no está cuando España le necesita». Por eso le exigió que «dé la cara ante los españoles» y que «no se esconda detrás de Rubalcaba».
«Presuntos delincuentes»
Gaspar Zarrías, que calificó el comportamiento de los controladores de «mafioso», acusó al PP de estar «al lado de los presuntos delincuentes», en alusión a los técnicos aéreos, y «en contra de los ciudadanos». En su opinión, en un día como ayer, «no hay medias tintas, o se está con el Gobierno o se está con los controladores». Consideró que el mensaje popular fue «un ejercicio de obsceno oportunismo» para rascar un puñado de votos, con el que demostró «poca vergüenza política», y que para lanzarlo, en su opinión, hay que tener «cara dura» y ser «indigno», porque fue durante los gobiernos del PP cuando los controladores alcanzaron «un sueldo anual de 600.000 euros».
No obstante, su carga de profundidad venía detrás. La soltó cuando señaló que dirigentes populares se habían reunido con los técnicos en las últimas semanas y exigió que Rajoy y Pons explicasen «qué han tratado con ellos y de qué han hablado». Zarrías insinúo que ambas partes estaban compinchadas cuando anticipó la posible respuesta: «Me espero lo peor, y lo peor es lo que está pasando en este país». El PP negó tales reuniones recientes y reclamó una rectificación. El diputado Andrés Ayala aclaró que lo que sí hizo su partido fue avisar el martes al ministro de Fomento de que en Galicia y Canarias se detectaban serios problemas con los controladores. Fuentes solicialistas, sin embargo, apuntaron a una posible comida en el comedor del Senado celebrada el 3 de noviembre pasado entre miembros del sindicato de controladores y parlamentarios del grupo popular.
La alusión de Gaspar Zarrías que más molestó a los populares fue cuando acusó a Mariano Rajoy de estar en Fuerteventura «disfrutando del sol y la playa» mientras Zapatero se mantiene «al frente de la nave» para acabar con el caos aéreo. El PP exigió la inmediata dimisión del secretario de Estado de Política Territorial por «mentir a los ciudadanos», ya que «sabe perfectamente» que Rajoy está atrapado en Lanzarote por la huelga y que acudió allí para realizar un acto de partido.