Compromiso y participación, el mejor homenaje
Actualizado: GuardarCádiz afronta el reto del Bicentenario de la Pepa. Hace 200 años que la Bahía gaditana abanderó las libertades y fue cuna de nuestra primera Constitución, la base sobre la que se fundamentó, no sin vicisitudes, nuestro sistema democrático moderno y el de otros países de Iberoamérica. Y digo reto porque, más allá de una mera conmemoración de ese hito histórico que en gran medida nos define a los gaditanos, Cádiz debe apoyarse en esta efeméride para relanzar su futuro, con ilusión y esperanza.
La Administración General de Estado, así como la Junta de Andalucía, los ayuntamientos de San Fernando y Cádiz y la Diputación Provincial, han sabido asumir la responsabilidad que tienen con el compromiso de aquellos hombres y mujeres que en los convulsos años de principios del XIX supieron superar dificultades colectivas e individuales para, por primera vez en nuestro país, alumbrar un texto que sentó los principios que hoy recoge la Carta Magna que rige nuestra convivencia.
Y esa colaboración entre administraciones, a la que se une la implicación de las instituciones y los agentes sociales y económicos, es lo que configura el Bicentenario como un proyecto de Estado, con el que se recupera el espíritu de búsqueda del progreso común a través del cambio y se revive el significado de los valores democráticos de consenso y respeto. No veo mejor homenaje a los protagonistas del 1812, aquellos valerosos que apostaron por una sociedad más justa.
En este punto, es de justicia reconocer que la Historia ha sido generosa con la Constitución de 1812, en cuanto a lo que ha significado en la asunción de valores democráticos. No obstante, no hay que olvidar el enorme esfuerzo realizado por el conjunto de la sociedad española hasta llegar a la Constitución de 1978, la Carta Magna que hoy nos rige. Esos 166 años hasta llegar a nuestra Constitución actual estuvieron, con algunas excepciones, salpicados de dificultades, y fue ese camino el que nos permitió recuperar la ciudadanía.
Creo que a estas alturas todos estamos de acuerdo en que el Bicentenario no debe ser un fin en sí mismo, sino que ha de ir más allá. Consciente de ello, el Gobierno de España ha proyectado una serie de actuaciones que servirán, no sólo para que perdure la memoria y el espíritu de 1812, sino para que la Bahía de Cádiz avance, posibilitando así una mayor calidad de vida para sus ciudadanos y ciudadanas.
Gracias al esfuerzo del Estado, entre otras administraciones, una parte importante del patrimonio gaditano se podrá recuperar. Junto a ello, nuevas infraestructuras, como la nueva terminal de contenedores del Puerto de Cádiz, que acaba de salir a licitación, la entrada en funcionamiento del segundo puente sobre la Bahía, o las mejoras en el aeropuerto de Jerez, cuya ampliación permitirá que esté en condiciones de alcanzar los cuatro millones de viajeros, fraguarán una importante transformación de Cádiz y su entorno.
Entre el 19 de marzo y el 12 de octubre de 2012 la Bahía de Cádiz será el centro neurálgico de grandes citas, como la reunión de las Academias de la Lengua Española o la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de Iberoamérica. Cádiz será en esos días escaparate para el mundo y, por ello, todos y todas debemos sumar esfuerzos para sacar el máximo partido a la celebración, de manera que se convierta en un punto de relanzamiento y en una oportunidad para la sociedad gaditana.
El Bicentenario debe configurarse también como foro de una necesaria reflexión de los problemas actuales que dificultan la convivencia y también sobre la importancia que siempre ha tenido la política. Las Cortes de Cádiz hicieron que la política dejara de ser competencia exclusiva de unos pocos y se convirtiera en una actividad pública, abierta a la ciudadanía. En estos difíciles momentos que atravesamos por la actual coyuntura, debemos más que nunca plantear una reflexión seria que haga posible alcanzar mayores cotas de confianza de la ciudadanía hacia los responsables de la toma de decisiones.
San Fernando celebra ya el Bicentenario del inicio de los debates parlamentarios, que comenzaron el 24 de septiembre de 1810 en la Isla de León. Felicidades por ello. Será en la primavera de 2012 cuando arrancará, con el apoyo de todas las administraciones, el periodo oficial de conmemoración del Bicentenario de La Pepa, cuyo éxito dependerá sin duda de la participación social, de la implicación de los gaditanos. Ése será el mejor homenaje a los artífices del 1812, que participemos y nos comprometamos con nuestra tierra, como lo hicieron entonces aquellos ciudadanos que fueron y siguen siendo hoy un modelo de implicación colectiva y de visión de futuro.