VUELCOS

Cuando me pongo a redactar esta Parcelita todavía no hemos digerido los dos últimos «vuelcos» de la semana. Se celebraron las autonómicas en Cataluña y, como muchos auguraban, el partido de Mas ha arrasado y le han pegado un repaso en toda regla a los integrantes del tripartito. Nunca engendros políticos de esta índole han funcionado y tras haber hecho y desecho a su antojo los Carod y Puigsercos durante cuatro años, han llegado las elecciones y, hala, a la calle. Eso es un ejemplo de democracia del que debemos sacar conclusiones. En esto, y gracias a nuestras votaciones, tenemos que concienciarnos que nosotros, la mayoría silenciosa, somos los que mandamos. Ellos, los políticos o pseudo políticos creen que con pactos de tres al cuarto pueden hacer o deshacer a su antojo pero, al final, aunque tarde, somos nosotros, los ciudadanos los que ponemos a cada uno en su sitio. A veces oigo comentar a muchos que ya no van a ir a votar más porque, al fin y al cabo, todos los políticos son iguales y hacen lo que les vienen en gana, sean de un color o de otro. En esto último no les falta razón pero en lo de no votar no, en eso no estoy de acuerdo. No debemos ni podemos eludir nuestra responsabilidad. Hemos conseguido, con muchísimo trabajo y tras demasiados años, que nuestras votaciones puedan ser la autentica voz del pueblo. No las desaprovechemos, al contrario, debemos usarlas, y usarlas bien, para poner a cada uno en su sitio. Hay que mandar a los que no valgan o a los que gobiernan con prepotencia al mismo sitio que los han mandado en Cataluña, pero para eso hay que participar.

El otro «vuelco» al que me referí al empezar es el que le dio el Barça el pasado lunes al Madrid de Florentino. Que pedazo de vuelco, de los que hacen época, sin comentarios.