CARTAS AL DIRECTOR

Sobre las declaraciones del Papa

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¡La que se ha liado con las recientes declaraciones del Papa al periodista alemán Robert Seewald en su libro-entrevista: 'La luz del mundo: el Papa, la Iglesia y los signos de los tiempos', en las que, entre otras cuestiones, habla del preservativo! Es verdad que la Iglesia no había cedido ni un milímetro en su doctrina de que todo acto sexual debe estar abierto a la vida y por tanto el uso del preservativo, como dijo Benedicto XVI en África el año pasado, no solucionaba el problema del sida. Ahora parece dejar la puerta abierta «en algunos casos», como el de las prostitutas, para evitar un mal mayor, como sería el contagio del sida. Creo que el Papa, como muy bien dijo González Fauss en un artículo del año 2005 titulado 'Carta a Juan A. Martínez Camino', lo que hace ahora es aplicar el principio moral del mal menor y que González Fauss explica muy bien cuando dice en su artículo, citando al famoso moralista San Alfonso María de Ligorio: «Es lícito persuadir a uno que haga un mal menor si ya está determinado a cometer un mal mayor. Y la razón es que, quien tal aconseja no pretende un mal sino un bien, es decir, que se elija un mal menor». Ésta es la moral tradicional que se ha enseñado en todos los seminarios. Que es la que el Papa aplica ahora. Lo que nunca he entendido es cómo esta teoría del mal menor no la ha aplicado la Iglesia en el caso del preservativo para evitar la terrible pandemia del sida. Pero lo que es verdaderamente triste es que a estas alturas de la vida todavía la Iglesia no admita abiertamente el uso del preservativo. Ella sigue anclada en el pasado mientras la gente, incluso los católicos, actúan en estas cuestiones con su sentido propio de responsabilidad. Es verdad que para algunos estas palabras del Papa parecen presagiar algún cambio en su numantina posición tradicional. Pero realmente, todo viene a seguir igual. La doctrina, la misma. Incluso si el Papa dice algo que parezca un tímido avance, enseguida saltará un cardenal, matizando las palabras del Papa para que quede claro que «todo sigue igual».