Corea del Norte despliega sus misiles en el mar Amarillo

Como sucedió el martes cuando cayó una lluvia de obuses disparada desde Corea del Norte, las sirenas volvieron a ulular ayer en la isla surcoreana de Yeonpyeong. La alerta antiaérea y los mensajes que atronaban en los altavoces provocaron nuevas carreras a los refugios de los pocos habitantes que se han negado a irse ante el temor a otro bombardeo. Pasadas las 11.00 horas el miedo se apoderó de esta isla situada a solo diez kilómetros de Corea del Norte. Aunque se oyeron varias ráfagas de explosiones, Seúl confirmó que todos los proyectiles habían caído en aguas norcoreanas y ninguno en la isla, como en los ejercicios de tiro del viernes. Pero, según informó la agencia de noticias Yonhap, Pyongyang ha montado misiles tierra-tierra en rampas de lanzamiento desplegadas por el mar Amarillo. El Querido Líder Kim Jong-Il respondía así al inicio unas horas antes de las maniobras conjuntas que llevarán a cabo hasta el miércoles Estados Unidos y Corea del Sur a unos 160 kilómetros de Yeonpyeong.