Zapatero anuncia que no perdonará «a la derecha que mine la confianza» en España
El presidente del Gobierno avisa a CiU que«nunca se mejorará» ya la financiación para Cataluña
Actualizado: Guardar«Me preocupa que se mine la confianza en todo lo que hemos sido capaces de hacer como país, en Europa y en el mundo; eso es lo que no le perdono a la derecha». José Luis Rodríguez Zapatero hizo ayer de la necesidad virtud para elevar la maltrecha autoestima del electorado socialista, especialmente, el catalán. Los reproches del PP a su gestión económica justo cuando los halcones del mercado miran con lupa a España sirvieron al presidente del Gobierno para llamar a rebato a los suyos y tratar de organizar un reagrupamiento.
Aunque quizá el momento elegido -el cierre de campaña del PSC en el Palau Sant Jordi de Barcelona- no fuera el más idóneo para contrastar la eficacia de su estrategia. Las expectativas electorales de los socialistas siguen siendo pobres y eso se respiraba anoche en el ambiente del emblemático estadio. Los organizadores del evento, convocado para las siete de la tarde, aseguran que Montilla, escudado por Felipe González, Carme Chacón y el propio Zapatero, logró atraer a 20.000 simpatizantes. Pero lo cierto es que hasta las siete y media, hora en la que por fin se consideró que podían empezar los discursos, el recinto no tomó el aspecto de un local lleno; y en ningún caso, abarrotado.
La prueba de que las cosas no estaban para triunfalismos la dio Felipe González, un 'totem' para la militancia socialista. El más aplaudido y el más aclamado de todos los oradores, incluso cuando habla de cosas como la «crisis civilizatoria mundial», dio por cierto que quizá Montilla no ocupe de nuevo el sillón de la Generalitat. «Quiero que ganes -le dijo- pero si no ganas quiero que hagas una oposición constructiva». No como esos señores del PP, le vino a añadir. «Esos señores tan irresponsables que no solo no ayudan al Gobierno sino que le ponen palos en las ruedas». En la línea de Zapatero, González acusó a los populares de «traición a los intereses de todos, incluidos los suyos propios».
El jefe del Ejecutivo también jugó esa baza al compararse con los recortes sociales en el Reino Unido. «Nosotros congelamos el sueldo de los empleados públicos, pero ellos lo eliminan», dijo. Y en ese «ellos» trató de englobar al PP, pero sobre todo a CiU. «El domingo se decide entre mantener los avances en educación, sanidad y servicios sociales o abrir la puerta al desmantelamiento de los avances que Cataluña ha conquistado en estos últimos años».
Techo a la financiación
Fue una de las pocas referencias directas a las elecciones autonómicas del domingo. El resto del discurso parecía enfocado a ganar voluntades a más largo plazo. En el PSOE se viene defendiendo que los resultados de los comicios catalanes no son extrapolables a otros ámbitos, como unas elecciones generales, pero de alguna manera Zapatero hizo suyo el resultado. «El domingo hay un partido y quiero ganarlo, Montilla», le espetó.
El jefe del Ejecutivo, además, no hizo al PSC un regalo tan goloso como el que ofreció a Montilla en las autonómicas de 2003 cuando prometió que aprobaría el 'Estatut' que saliera del Parlamento de Cataluña. Todo lo contrario: puso límite a las mejoras de la financiación, en el preciso momento en el que CiU ha hecho de eso su bandera. Aseguró así que Montilla «ha conseguido el mejor modelo de financiación para Cataluña» y que «nunca se mejorará». «No lo hará CiU»,añadió.