La campaña catalana se queda sin duelo Mas-Montilla
BARCELONA. Actualizado: GuardarAunque estaba todo preparado, incluido el moderador, que esperaba en el plató, el primer cara a cara de las historia de Cataluña entre los dos principales aspirantes a la Generalitat deberá esperar cuatro años más. Una resolución de la Junta electoral provincial, ratificada por la central, impidió ayer el debate mano a mano entre Artur Mas y José Montilla.
Fue un día de llamadas, largas esperas, alegaciones y contrarrecursos, que se gestó el domingo de madrugada. Al final de la mesa redonda que mantuvieron los seis candidatos en TV3, Montilla le expresó a Mas su intención de mantener un único combate televisivo en catalán, renunciando al que proponía el PSC en castellano. El líder nacionalista le contestó que estaba dispuesto a celebrar el debate «aquí y ahora». Sus equipos de campaña pactaron celebrar el mano a mano ayer por la noche. A PP, ERC y Ciutadans no les gustó la idea y decidieron impugnar el cara a cara ante la Junta Electoral Provincial. Las tres formaciones entendían que se incumplía la normativa de anunciar con cinco días de antelación la celebración de un debate y creían además que se les perjudicaba, ya que consideraban que todos los partidos debían tener derecho a un mano a mano. Tanto la Junta provincial, como la central dieron la razón a PP, ERC y Ciutadans. Primero se pronunció la junta de Barcelona, que tomó la decisión el martes al mediodía de forma unánime. PSC y CiU recurrieron la orden ante la junta central, que pasadas las nueve y media de la noche (el debate empezaba una hora después) determinó que con la ley en la mano y en virtud a una instrucción dictada por la propia junta en 1999 no es posible celebrar un careo televisivo de este tipo en una cadena pública si el ente no lo comunica con cinco días de antelación.
CiU y PSC se culparon mutuamente del fracaso. Artur Mas criticó a los socialistas por no haber tomado la decisión hace 15 días y no a última hora. Desde el PSC insistieron en que Convergencia nunca tuvo interés en el careo. En principio, los que más salen perdiendo son los socialistas, que confiaban en el debate como golpe de efecto.