Miguel Fernández Ordóñez, durante su comparecencia de ayer ante el Senado. :: EFE
Economia

El Banco de España reclama medidas urgentes frente a la lentitud reformista del Gobierno

Miguel Fernández Ordóñez pide una ambiciosa reforma de las pensiones y sugiere fijar un techo de gasto para las autonomías

MADRID. Actualizado: Guardar
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El nuevo episodio de turbulencias en el mercado de la deuda y el contagio de la inestabilidad de Irlanda han hecho que el Banco de España insista en sus mensajes, ahora con carácter de apremio. El pasado septiembre instaba al Gobierno a no caer en la «fatiga reformista» porque aún quedaba «mucho por hacer». Ahora, pese a las 26 actuaciones prioritarias que se acaba de marcar el Ejecutivo, el gobernador Miguel Fernández Ordóñez aprovechó su comparecencia en el Senado, previa al debate de Presupuestos, para aconsejar que, «de manera inmediata», emprenda una reforma de pensiones «suficientemente ambiciosa». «Tenemos que convencer a los mercados de que somos capaces de hacer lo que hemos dicho que vamos a hacer», aseveró.

Entre septiembre y hoy se ha producido el cambio de Gobierno y se ha acrecentado la desconfianza de los mercados, dando cancha a los especuladores. Consciente del debate abierto con los interlocutores sociales, e inquieto por las manifestaciones del ministro de Trabajo, que ha hablado de remitir el proyecto de ley al Congreso «en torno al mes de abril», el responsable de la disciplina financiera fue más allá que en ocasiones recientes. Defendió que un propósito decidido de abordar cambios en el sistema de jubilación serviría para reafirmar el compromiso de las autoridades con la disciplina presupuestaria y con su capacidad de afrontar «transformaciones de calado». Por eso pidió que las modificaciones no se queden en pequeños cambios, sino que sean sustanciales y lo abarquen todo, desde la elevación de la edad legal de jubilación, hasta el incremento en el mínimo de años necesario para acceder a la prestación, pasando por el periodo de cálculo de la pensión.

Finanzas autonómicas

La otra asignatura a abordar de manera inminente si se quiere aliviar la presión sobre la deuda es, según el gobernador del Banco de España, el control y la transparencia en las finanzas de los entes territoriales. También en este caso Fernández Ordóñez se citó a sí mismo, antes de precisar los requerimientos necesarios. El conjunto de las Administraciones Públicas podrá cumplir el objetivo de recortar el déficit hasta el 6% del PIB en 2011 y contener la deuda en una cifra equivalente al 68,7% de esa magnitud si, y solo si, colaboran todos y cada uno de los niveles de gobierno que lo integran, afirmó. Con este fin, y con el no menos importante de tranquilizar a los mercados, abogó por que las Comunidades Autónomas establezcan techos de gasto anual, planifiquen a medio plazo y publiquen regularmente la ejecución presupuestaria, con detalle de la evolución de los ingresos y los gastos.

En el ámbito laboral, Fernández Ordóñez consideró un avance la reforma ya aprobada del mercado de trabajo, de la que celebró, en particular, las disposiciones dirigidas a aumentar la flexibilidad interna de las empresas. «La reforma de la negociación colectiva aún pendiente -añadió- debería profundizar en esa dirección y permitir una mayor adecuación de los salarios y otras condiciones laborales a la situación individual de las empresas».

Ante el nuevo episodio de turbulencias, admitió que una parte de las tensiones actuales se debe a una excesiva reacción de los mercados financieros, «que no siempre -evocó- han sabido valorar correctamente las fortalezas y debilidades de las distintas economías». Pero a continuación puso el foco en la actuación de los responsables comunitarios, y les acusó de «contribuir al nerviosismo» con las propuestas de rescate de los países en dificultades.

Posteriormente, Miguel Fernández Ordóñez insistió en la existencia del «efecto contagio». «Los mercados son muy sensibles y (el impacto de la crisis de Irlanda) ha sido muy fuerte sobre Portugal y menos sobre España; y más fuerte sobre España que sobre Italia, y más fuerte sobre Italia que sobre Bélgica», manifestó, aludiendo así a que nadie sabe en qué punto se podría detener el efecto en cadena. Y destacó, en el caso de España, que sigue teniendo la menor deuda entre los grandes de Europa y que la corrección del déficit del Estado «va muy bien, en línea con lo previsto».