Mourinho, que en la imagen aparece junto al guardameta Iker Casillas, ya piensa en el gran duelo ante el Barça. :: EFE
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Mourinho: «Sin hablar he pasado mis mejores días en el Real Madrid»

El técnico luso recuerda a Preciado y a los jugadores del Sporting que «la publicidad se paga y ellos la han tenido gratis mucho tiempo»

MADRID. Actualizado: Guardar
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«La publicidad se paga y hay gente que la ha tenido gratis mucho tiempo». Con esta sentencia irónica evitó Mourinho hacer ayer cualquier comentario que pudiera avivar su polémica con el técnico Manolo Preciado y algunos jugadores del Sporting. En vísperas del choque ante el Ajax, y a una semana vista del Clásico, el luso rompió el silencio que se impuso tras ser sancionado con dos partidos de suspensión por mandar a la mierda al árbitro Paradas Romero en el choque copero contra el Murcia.

«He pasado los mejores doce días desde que estoy en el Madrid, pero la sanción ha terminado y tengo la obligación de comparecer», subrayó Mourinho, más comedido de lo habitual. Aseguró que en sus rotaciones no tiene nada que ver el gran duelo del Camp Nou, ya que «hay muchísimo tiempo para recuperar», y sí la acumulación de partidos de selecciones, Liga y 'Champions'. De todos modos, garantizó que Carvalho, Higuaín y Khedira sufren diversos problemas físicos y causarían baja aunque el partido fuese de máxima trascendencia.

Asimismo, cerró el debate sobre el penalti lanzado por Sergio Ramos ante el Athletic el pasado fin de semana al afirmar que sólo le interesa que lo marque quien lo tire. Reconoció que sí le sorprendió el repentino cambio de planes pero, más que nada, por si Cristiano Ronaldo sufría algún problema físico. Defendió a su compatriota al no considerar una «chulería» ese reto al Barça de intentar ganar por 8-0 el próximo lunes en el Camp Nou. «Es una opinión normal. Aunque en fútbol nada es imposible, sí me lo parece marcar tantos goles en un partido entre dos equipos de altísimo nivel».

Bojan dribla a Cristiano

'Mou' pasó por encima de las dos acciones antideportivas del fin de semana. A su juicio, son meras «anécdotas, cosas que ocurren en el fútbol», el cabezazo de Eto'o a Bostijan Cesar, defensa esloveno del Chievo Verona, y el mordisco del uruguayo Luis Suárez, estrella del Ajax, a Otman Bakkal, delantero neerlandés de origen marroquí que milita en el PSV Eindhoven.

El Clásico se juega el próximo lunes, pero la batalla psicológica comenzó hace tiempo. Los dos ejércitos mostraron sus estrategias con mucha antelación. El Real Madrid optó por el verbo liderado por un sargento que domina como nadie el arte de la provocación. José Mourinho, que cree en aquello de que «en la guerra todo vale», ha lanzado palabras envenenadas, indirectas punzantes esperando que un clima bélico se apodere del Camp Nou porque es consciente de que el Barça se confunde cuando pierde la calma víctima de la extramotivación. Lo comprobó como entrenador del Inter en la última semifinal de la Liga de Campeones. Pero el Barça prefirió como plan el silencio escenificado una y otra vez por Pep Guardiola, alias 'El filósofo' (según el sueco Zlatan Ibrahimovic), quien no ha entrado a ninguno de los numerosos trapos que le ha colocado el portugués. Sabe el técnico azulgrana que la fuerza de su equipo es el fútbol, no el diccionario. Con los entrenadores echándose un pulso de diván, los jugadores imitan su estilo, quizás no por casualidad. Cristiano Ronaldo, prolongación de su paisano Mourinho en formas, actitud y carácter para lo bueno y para lo malo, intentó irritar el sábado todo lo que pudo al retar a su máximo rival con un comentario: «Aver si el Barça nos mete ocho como al Almería». Si alguien se molestó seguramente no fue por lo que dijo, sino por cómo lo dijo, porque la frase merece un análisis. Por su contenido, podría suponerse que alguien del Barça amenazó con repetir ante el Madrid el 8-0 del sábado, pero nadie apuntó nada parecido. Y si lo hubiera hecho, seguramente hubiese sido ingresado de inmediato en un frenopático. Ni a Piqué, el más osado a orillas del Mediterráneo, se le ocurriría una chorrada de tal calibre. Y tuvo que ser Bojan, prolongación de Guardiola por su condición de canterano que conoce el comportamiento que hay que seguir en la casa, un niño todavía de apenas 20 años, quien contestara con lógica cordura al portugués: «Es obvio que hay muy pocas posibilidades de que se produzca un 8-0 en un Clásico, pero con 1-0 ya nos conformamos». Sencillo, sensato y otro capítulo más de lo que puede ocurrir hasta que el lunes ruede el balón: de momento sólo es el 'Clásico de las palabras'.