Una joven haitiana pasa por delante de un cartel electoral. :: AFP
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El cólera amenaza las elecciones en Haití

La catastrófica situación sanitaria que atraviesa el país antillano ha llevado a algunos candidatos a pedir que se retrasen los comicios del próximo domingo

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Vudú, maleficio o mala suerte. Sin acudir a fenómenos paranormales, nada es normal en Haití. Y mucho menos en estos tiempos de cólera y elecciones. La ONU dice que todo está listo para que el próximo domingo la mitad de los nueve millones de habitantes del país antillano acudan a la cita con las urnas a pesar de la desgana que muestra el electorado, bastante más preocupado por conseguir una vacuna o un plato de comida que por elegir presidente. De ahí que los medios de comunicación se centren en una campaña totalmente atípica. Los candidatos apenas se dejan ver en los escasos mítines que se celebran estos días y la propaganda tampoco abunda.

Los haitianos no están para discursos cargados de promesas que nunca se cumplen. Su principal preocupación y ocupación es sobrevivir al cólera -que ya ha matado a casi 1.200 personas, contagiado a 20.000 y amenaza con matar varias decenas de miles-, pero también al hambre y a la pobreza. De los diecinueve candidatos que aspiran a sustituir a René Preval en la presidencia, uno se retiró ayer y cuatro de los colistas pidieron posponer una contienda electoral en la que ya se vaticina una elevada abstención.

Los 4,7 millones de votantes deberían elegir también a once senadores y 99 diputados pero están más enfrascados en sortear la epidemia de cólera que en analizar programas políticos. Los aspirantes exigieron la creación de una comisión que investigue el origen del brote, pese a que las autoridades sanitarias nacionales e internacionales afirman que en este momento lo importante es frenar la expansión y no buscar el origen. Sin embargo, los candidatos que encabezan las listas de intención de voto -en unas encuestas que hay que coger con pinzas- abogan porque los comicios se celebren el día 28 aun a sabiendas de que tendrán que pasar a segunda vuelta en enero. No obstante, también hay sectores partidarios de retrasar las elecciones para que el Estado se concentre en atajar la epidemia.

Disturbios

Así las cosas, los disturbios contra los cascos azules reclamando la salida del batallón nepalí al que acusan de ser el foco de la enfermedad no ayudan precisamente a mantener la calma. La semana pasada al menos cinco personas murieron y una treintena resultó herida, incluidos seis soldados de la Misión de Estabilización de la ONU en Haití (Minustah). El contingente de ayuda puso en marcha la 'Operación Bonjour' el pasado día 13 para «contrarrestar y prevenir todo comportamiento ilegal que amenazase las elecciones». En su opinión, los manifestantes estaban teledirigidos para aprovechar el descontento por el cólera para protestar por la presencia de los cascos azules e intentar desestabilizar el país. En cualquier caso, habrá que esperar al menos una semana para conocer el desenlace. Y eso que el presupuesto para la cita electoral es de 5,3 millones de dólares, el más caro de la historia.

Los comicios generales llegan tras una catarata de catástrofes que han dejado al país con mayor pobreza del continente americano aún más depauperado. En enero fue el terremoto que arrasó la capital, Puerto Príncipe, y sus alrededores. Muchas calles todavía están obstruidas por los escombros de aquella sacudida que envió a fosas comunes a unas 250.000 personas y dejó a 1,3 millones sin viviendas y dependiendo de la ayuda internacional. Luego sufrieron huracanes e inundaciones y ahora una virulenta epidemia de cólera.

El seísmo no solo derrumbó las casas sino que también destruyó las infraestructuras electorales. Se perdió el censo, colegios y sedes comiciales. No obstante, el Consejo Electoral Provisional (CEP) «reitera su compromiso de organizar elecciones libres, democráticas, transparentes e inclusivas». La cita con las urnas es un reto enorme para un país que en dos siglos de república independiente solo ha tenido cuatro comicios democráticos. Tampoco la estabilidad es histórica. De hecho, en los últimos treinta años solo Preval terminará mandatos completos, el de 1996-2001 y el actual.