EL TRANVÍA

JUDICIALIZACIÓN DE LA POLÍTICA

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Uno tiene a veces la sensación de que la política local está alcanzado unos niveles de desquiciamiento realmente preocupantes, salvando siempre algunas honrosas excepciones, lógicamente. La judicialización a la que se la está sometiendo tiene buena culpa de ello. Son demasiados ya lo frentes abiertos en los tribunales, en unas causas que se están enredando con el paso del tiempo y que ha puesto a más de uno y de una al borde de un ataque de nervios. Circunstancia, por otro lado, que hace que los enfrentamientos, los reproches, los cruces de acusaciones y hasta las amenazas veladas sean cada vez más habituales. Y eso, desde luego, no es nada bueno para nadie, ni para la política local, ni para la ciudadanía -que asiste atónita a un espectáculo lamentable- ni para los propios partidos y sus actores principales.

La denuncia de la alcaldesa contra Pedro Pacheco por posibles contrataciones irregulares de dos asesores, la del ex alcalde contra Pilar Sánchez por la misma razón -en este caso de 32 trabajadores municipales-, la del PSA por posible trato de favor del Consistorio a la hora de darle una ayuda económica a una empresa para que se instale en el Parque Tecnológico Agroindustrial (PTA)... Son muchas, demasiadas quizá, y con acusaciones muy graves. Y eso es posiblemente de lo peor de todo, que todo esto está salpicando ya a demasiadas personas, algunas -seguro- sin comerlo ni beberlo, sin tan siquiera merecerlo. Son las presuntas víctimas inocentes de unos procesos abiertos con unos fines claramente políticos. Pero llegará el momento en el que los jueces digan la suya definitivamente, poniendo a cada uno en el sitio que se merece.

A todo esto, nos hemos pasado. La prensa local en general y LA VOZ en particular. Ni la alcaldesa ni sus ex asesores ni su equipo de gobierno se merecen el trato que les estamos dispensando. Vamos a saco contra ellos. Porque sí, simplemente porque les tenemos manía. Somos así de malos. Nos inventamos las informaciones sobre un proceso judicial, nos sacamos de la manga imputaciones y declaraciones, exageramos sueldos... Y por eso algunos nos merecemos los presuntos castigos que quieren imponernos. Ya se sabe, como en el cole, que, si no te portabas bien, te dejaban sin recreo, o, lo que era peor, te dejaban sin merienda.

Sí, el párrafo anterior va con segundas. Salta a la vista. Y es triste que algo así esté pasando, que haya quien piense que es correcto recurrir a métodos más propios de tiempos pretéritos. Nosotros seguiremos a lo nuestro, con nuestro compromiso de informar en libertad, en conciencia, ajenos a presiones externas. Porque ése es nuestro mejor patrimonio. El de otros está claro cuál es. Allá ellos. Las páginas de este periódico están y seguirán estando siempre abiertas a todos los que tengan algo interesante que decir. A TODOS. Entre otras razones, porque es nuestra obligación.