LA EPIDEMIA DEL SIGLO XXI
Actualizado: GuardarDicen que en tiempo de crisis hay que apretarse el cinturón y prepararse para las vacas flacas. Resulta curioso comprobar que más bien lo que la población hace es aflojarse el cinturón para poder respirar. Existe una proporción directa entre la situación económica y el movimiento ascendente de la aguja de la báscula: Cuantas más dificultades atraviesa una familia, más peso ganan sus miembros.
Los datos no son nada alentadores y los expertos hablan ya de que la obesidad es la epidemia del siglo XXI. «Estamos gordos», afirma de forma tajante Jesús Lorente. Este endocrino del hospital San Carlos de San Fernando no puede evitar suspirar cuando mira la realidad hecha número. Los datos que dispone son de 2009, y la situación, lejos de mejorar se va agravando. La media nacional dice que un 14,5% de los adultos (entre 25 y 60 años) tiene ya problemas de obesidad, siendo mayor la incidencia entre mujeres que en hombres. En relación al sobrepeso, la estadística sube hasta llegar al 39,2%, aunque aquí las tornas se vuelven y son los hombres quienes ganan a las mujeres. El doctor Lorente es claro. Desde la infancia, hasta llegar a la edad adulta y a los ancianos «los casos de obesidad y sobrepeso aumentan con el paso de los años», una especie de pirámide invertida.
En Cádiz la situación es peor y la media supera a la nacional. Es más, el especialista explica que es la única provincia andaluza donde se ha incrementado el grupo de hombres con problemas de peso. Las cifras son claras, el sobrepeso alcanza el 37% en personas mayores de 15 años, es decir, casi cuatro de cada diez gaditanos. En cuanto a la obesidad, los datos tampoco son reconfortantes, el 17%, casi dos de cada diez.
Dada la importancia del problema, los expertos están muy atentos a su evolución. Uno de los informes más representativos se realizó en Sanlúcar a cargo del Hospital Virgen del Camino con más de 1.000 voluntarios. El seguimiento, coordinado por el doctor Alejandro López, se publicó en 2008 y las conclusiones arrojaron datos tan alarmantes como que el 54% de los residentes tienen problemas de peso, lo que se traduce en uno de cada dos sanluqueños.
La principal causa de este aumento progresivo se debe a la falta de actividad física y a una excesiva afición a las actividades sedentarias. «Cuanto más tiempo se pasa delante del televisor, más se está sentando en el sofá y por lo tanto hace menos ejercicio». A esto se suma la dieta que ha perdido todo los beneficios de la mediterránea y se ha aliñado con dosis de alcohol. Los hábitos tradicionales de alimentación que tanto se ha promocionado empiezan a desaparecer de las cocinas gaditanas para dejar paso a la anglosajona y a la comida rápida. «Se consume pocas frutas y verduras y muchas grasas, sobre todo las ricas en ácidos saturados como las de origen animal», indica el informe. Curiosamente en Estados Unidos y Reino Unido, que son los países principales de exportación de la comida rápida, registran los mayores índices de sobrepeso y España se empieza a acercar a sus niveles. Pero todo se reduce a una cuestión monetaria. Por el módico precio de unos siete euros, un establecimiento de comida rápida ofrece refresco, hamburguesa y patatas,y por un euro más ofrecen la posibilidad de hacerlas XXL. Por contra, el precio de la cesta de la compra no ha parado de subir en los últimos años, sobre todo en cuanto a fruta y verdura se refiere. A todo esto hay que añadir el abandono del consumo de tabaco, que si bien es un riesgo conocido para la salud, también lo es la ansiedad, que «incrementa las ganas de comer».
Control y ejercicio
Para el doctor Lorente, el enemigo a batir de toda persona que quiera adelgazar es el sedentarismo. «La gente piensa que con ponerse a dieta es suficiente pero lo más importante es hacer ejercicio físico, aunque sea solo dar un paseo de una hora al día». Otro de los elementos a tener en cuenta es la constancia. Desde su consulta, el especialista Jesús Lorente ve pasar a un gran número de pacientes que vienen en busca de la «dieta milagrosa». Hay ocasiones que consiguen adelgazar «pero solo están unos tres meses por lo que nos es imposible establecer un régimen de mantenimiento y vuelven a engordar».
La gravedad de padecer sobrepeso -y es aquí donde la Organización Mundial de la Salud ha puesto el acento- va más allá de no ajustarse a los cánones de belleza. Los expertos sanitarios alertan del impacto que tiene la obesidad debido al número de enfermedades que se derivan de ella y se agravan. Las personas gordas tienen una calidad de vida peor, no solamente por las enfermedades, sino por las limitaciones a las que se ven sometidas a diario y que impiden llevar una vida «normal».
Desde las instituciones sanitarias advierten del incremento del gasto en personas obesas y no sólo a nivel de instalaciones, sino del cúmulo de enfermedades que están asociadas al sobrepeso. Hipertensión, diabetes, insuficiencia cardiaca y artrosis están en los primeros puestos de una larga lista de afecciones. La Consejería de Salud ha puesto en marcha varios programas para cambiar los hábitos de consumo. Desde los desayunos saludables en los colegios al control de las dietas que se cofrecen en los comedores escolares y la prohibición de vender bollería industrial en estos centros.