ESPAÑA

Rajoy acusa a Mas de crear «falsas expectativas»

LÉRIDA. Actualizado: Guardar
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El presidente del PP, Mariano Rajoy, acusó ayer al candidato de CiU, Artur Mas, de «generar falsas expectativas» por lanzar «promesas que sabe que no se pueden cumplir», en alusión a la negociación para implantar el concierto económico en Cataluña que quiere iniciar CiU en 2012 si gobierna. En su regreso a Cataluña para arropar a la candidata del PPC, Alicia Sánchez-Camacho, en la segunda parte de la campaña autonómica, aprovechó un mitin ante unas 700 personas en el Palacio de Congresos de Lérida para dar carpetazo a la demanda de CiU de que Cataluña se rija por el concierto económico, informa Efe.

El líder del PP también fue contundente al advertir al candidato del PSC a la Generalitat, José Montilla, de que «va a pagar» en las urnas el hecho de haber dejado «tirados» a los electores que avalaron el tripartito por renegar ahora de esta fórmula de gobierno. Es negarse «a sí mismo», dijo.

«El PSC va a tener un castigo en las elecciones, pero va a ser justo, y no por su ideología, sino por no estar a la altura con las personas que les apoyaron (...). La gente merece un respeto. No se les puede tratar así, y (el PSC) ha faltado a respeto a quienes les votaron. Les han engañado y lo van a pagar, y si no, al tiempo», espetó, un castigo que también cree que va a recibir ERC por el mismo motivo.

«Las promesas que no se pueden cumplir generan falsas expectativas. Y aquí hay gente que está prometiendo cosas que no pueden cumplir y que sabe que no las puede cumplir. Y eso es generar falsas expectativas en la gente, y luego vienen los problemas y las dudas y la búsqueda de culpables», advirtió Rajoy sin citar explícitamente a CiU pero en clara referencia a la federación.

«Hoy no tocan problemas identitarios ni prometer lo que no se puede cumplir, sino liquidar cualquier frivolidad a la hora de gobernar», remarcó el líder del PP.

En esta misma línea, insistió en que «lo peor» que le podría pasar a Cataluña serían «las frivolidades o el poder absoluto de nadie», y subrayó acto seguido que una hipotética mayoría absoluta necesitaría «contrapesos» y controles «para evitar tentaciones».