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El presidente iraquí se niega a ejecutar a Tarek Aziz, mano derecha de Sadam

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La edad, 74 años, y la religión, cristiana, pueden salvar a Tarek Aziz de la horca. Son los dos argumentos principales esgrimidos por el presidente de Irak, Yalal Talabani, para negarse a firmar la sentencia de muerte que pesa sobre el que fuera mano derecha de Sadam Hussein durante tres décadas. El 26 de octubre el alto tribunal, responsable de juzgar los crímenes anteriores a la invasión estadounidense, condenó a Aziz a morir «por su papel en la eliminación de partidos islámicos», como el chií Dawa del primer ministro, Nuri al-Maliki.

«No, no firmaré jamás una orden este tipo porque soy socialista. Simpatizo con Tarek Aziz, ya que es un cristiano iraquí, y también es una persona mayor. Por eso nunca voy a firmar esta orden de ejecución», declaró Talabani a la cadena de televisión France 24. La decisión última la deberá tomar el Consejo Presidencial formado por el propio Talabani, Al-Maliki y el nuevo portavoz del Parlamento, Osama al-Nujeifi. Se necesitan dos votos para ejecutar a Aziz, pero solo el de Al-Maliki parece claramente favorable a la máxima pena. Junto al ex viceprimer ministro del régimen baasista otros dos pilares de Sadam, el antiguo ministro del Interior Sadun Shaker y el ex secretario del dictador, Abed Hmud, se encuentran en el corredor de la muerte.

El presidente Talabani se mostró partidario de «pasar página» a las ejecuciones y afrontar las nuevas amenazas como los crímenes cometidos contra «la catedral de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, los peregrinos chiíes y los lugares santos».