ESPAÑA

Todos los grupos del Senado, excepto el socialista, condenan a Marruecos

El Gobierno admite que está obligado a «medir» sus palabras porque debe preservar por encima de todo las relaciones bilaterales

MADRID. Actualizado: Guardar
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El PSOE comprobó ayer en el Senado que está más solo que nunca por la respuesta del Gobierno a la actuación de Marruecos en El Aaiún. Tras reunirse con representantes del Frente Polisario, todos los grupos de la Cámara, salvo el socialista, condenaron la actuación de las autoridades de Rabat. El Gobierno, sin embargo, no piensa modificar su línea de prudencia hasta que tenga todos los elementos de juicio sobre los sucesos que sucedieron hace diez días en el campamento saharaui.

Uno tras otro los portavoces en el Senado condenaron la actuación de las fuerzas de seguridad marroquíes, denunciaron la violación de los derechos humanos y exigieron al país magrebí que permita la entrada de medios informativos españoles. Los únicos que no se pronunciaron fueron los socialistas José Carracao y Josep María de Puig, que aunque asistieron a la reunión con el Frente Polisario declinaron sumarse a la condena en sintonía con la postura gubernamental.

El PP, en palabras de Alejandro Muñoz Alonso, consideró que no hay que esperar más para adoptar una postura más decidida frente a Marruecos. Es evidente, dijo, que el desalojo de las jaimas de Gdeim Izik fue «una gravísima violación de los derechos humanos» porque si bien es verdad que falta «muchísima información» para hacerse una composición de lugar completa, con lo que se sabe es «suficiente» para tener la certeza de que se vulneraron derechos fundamentales.

El senador del PNV Iñaki Anasagasti reprochó al Gobierno que se empeñe en «tener que demostrar lo evidente para condenar» cuando hay datos más que suficientes. En la misma línea, el representante de CiU Joan María Roig repudió los sucesos en el campamento, pero reclamó que se abra una investigación para saber qué ocurrió.

El representante del Polisario para España, Bucharaya Beyin, lamentó que el Gobierno «admita la versión» de Marruecos y se escude, al mismo tiempo, en la falta de información para no enemistarse con Rabat. «Cómo es posible que necesiten más información» cuando solo en la morgue del hospital militar de El Aaiún hay 38 cadáveres, se preguntó. «¿Van a condenar cuando haya 200 saharauis muertos?», volvió a interrogar el representante del Polisario.

Situación delicada

La respuesta llegó de la mano de la secretaria de Política Internacional del PSOE, Elena Valenciano, quien admitió que la situación es «delicada», pero garantizó que España es el país que más desea «una solución justa y duradera» para el conflicto de la ex colonia. El ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, confesó que Gobierno «mide sus palabras» aunque lo haga «desde un alma dolorida» porque por encima de todo está mantener unas «relaciones estables» con el país vecino. Insisitió, no obstante, en que todavía hay «una enorme confusión» sobre lo ocurrido en el campamento.

Una prudencia que para el PP es «lamentable» y evidencia que la estrategia del Gobierno es la de «mirar para otro lado» en vez de defender los derechos humanos y la libertad de información, en palabras del vicesecretario de Política Autonómica, Javier Arenas. El dirigente opositor recordó además que muchos socialistas de los que hace poco reclamaban referendos de autodeterminación en el Sáhara «ahora se ponen de canto», una muestra de «cinismo».

Javier Arenas arremetió asimismo contra la gestión de la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, que «ha conseguido algo que a todas luces parecía imposible: empeorar a (Miguel Ángel) Moratinos» al frente de la diplomacia de España.