Los medios acudieron a grabar a la vivienda. :: JAVIER FERNÁNDEZ
Ciudadanos

La mala combustión de un calentador causó la muerte de la pareja en Jerez

La alarma se desató cuando el joven no fue a trabajar esa mañana, por lo que el suceso pudo ocurrir la noche antes

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Fueron varias las hipótesis que barajó la Policía Nacional, pero finalmente la autopsia a los cadáveres de la pareja que murió el martes en San Benito ha revelado que el fallecimiento se produjo por inhalación de monóxido de carbono, debido a la mala combustión de un calefactor. Así lo han confirmado fuentes de toda solvencia a este medio, a falta de la pronunciación oficial de la Comisaría que recibió en la tarde de ayer los resultados del Instituto de Medicina Legal de Cádiz.

Como explicaron en un primer momento desde la investigación, la falta de olor a gas y el hecho de que no intervinieran los bomberos hizo que los investigadores se decantaran por la intoxicación alimentaria, junto con la circunstancia de que los cuerpos fueran hallados rodeados de vómito. Sin embargo, los forenses han establecido como causa del fallecimiento que tanto la pareja como su perro inhalaron gas y cayeron fulminados por ello.

La explicación que podría justificar la falta de indicios que apuntaran a esta causa radica en que con toda probabilidad hacía muchas horas que se produjo el fatal desenlace cuando se descubrieron los cadáveres, por lo que cualquier rastro de monóxido se habría esfumado. Y es que ni siquiera los vecinos olieron algo raro ni se percataron de nada sospechoso.

Como publicó ayer LA VOZ, el descubrimiento de los restos ocurrió a eso de las 16.30 horas, cuando la madre de Daniel G. T, el joven de 25 años fallecido, fue alertada por compañeros de su hijo que le advirtieron preocupados de que éste no había acudido a trabajar ese día. Por ello, todo apunta a que la muerte se produjo durante la noche o a primera hora de la mañana.

El chico y su pareja de 24 años, identificada como Sonia R. M, residían en el piso de la calle Doctor Marañón propiedad de Josefina, la madre de él, desde que volvieron del norte del país, donde habían encontrado un empleo. Cuando se instalaron en Jerez, el joven comenzó a trabajar y de momento ambos se quedaron en la vivienda materna. Así lo contaron los vecinos del edificio, donde todos coincidieron en afirmar que, mientras que Josefina llevaba varios años viviendo en el piso y era de sobra conocida, de los fallecidos apenas sabían cómo se llamaban. De lo que sí pudieron informar ampliamente es del momento en el que la madre llegó a la casa, alertada por los compañeros de Daniel, después de dejar a su pareja en el hospital donde está ingresado. La mujer se dirigió al domicilio con los dos hijos pequeños de éste, pero tuvo la precaución de mantenerlos en el coche mientras ella subía a su vivienda, ubicada en el tercer piso.

«Yo estaba en casa con mi nieta -relató una vecina-, cuando ésta me dijo que estaba viendo muchos coches de policía. Al principio pensamos que se había producido un accidente, hasta que la niña se enteró de que había dos muertos en la casa de arriba». Cuando Josefina llegó al lugar, según esta persona, descubrió al momento los cuerpos y avisó muy nerviosa a su vecina más cercana.

«¡Es mi hijo!»

«Figúrate cómo estaba la mujer... -comentó otra testigo-. Nada más que hacía gritar ¡es mi hijo, es mi hijo!, hasta que la de al lado fue a socorrerla». Como ya salió a la luz ayer, el cuerpo de Sonia estaba desnudo y tendido en la bañera cuando la encontraron, mientras que el de su pareja yacía en el salón junto a su perro.

A pesar de que el vehículo de Daniel permaneció estacionado en las inmediaciones del edificio durante toda la mañana (algo fuera de lo común porque lo utilizaba para ir al trabajo), nadie se percató de ello o le dio la más mínima importancia, algo que entra dentro de la normalidad debido al poco contacto que mantenían los finados con el resto de la comunidad.

El sepelio de Sonia tendrá lugar hoy, a las 9.30 horas, en el Tanatorio de Jerez. Daniel, por contra, será enterrado en el Cementerio Mancomunado de Chiclana por expreso deseo de sus familiares.