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El flamenco, Patrimonio de la Humanidad
La Unesco incluye al arte jondo y al resto de candidatas españolas en su Lista de Bienes Inmateriales; Además de a la propuesta andaluza, se reconoce a los castells, la sibila, la dieta mediterránea y la cetrería
CÁDIZ. Actualizado: GuardarSe toca, pero es inmaterial. Se canta, se baila, se tiene y se enseña. Se lleva, desgarra y marca. Muy hondo. Fija la otra línea que atraviesa Andalucía. El Guadalquivir de las artes es ya, por fin, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Vino de África la decisión unánime y llenó de júbilo a sus amantes. A los que lo han paseado por medio mundo al compás de una alegría o un canto por soleá. A quienes llevan a sus espaldas meses de promoción, abrochando chapas con una leyenda muy clara: 'Flamenco soy'. A todos. A Andalucía -en la candidatura también formó parte activa Extremadura y Murcia- y a toda España, que se lleva el pleno. Además del flamenco, también fueron nombrados patrimonio inmaterial la dieta mediterránea, la muy catalana tradición de los 'castells', el atávico y mallorquín cant de de la Sibil.la y el milenario arte de la caza con rapaces, la cetrería que se practica de Iberia a Mongolia pasando por Chequia o Arabia.
En Valls y en la isla balear la decisión fue tomada con un inmensa alegría, aunque nada comparable a la vivida en el sur de Europa. Para eso se lleva por bandera que el flamenco, ya eterno, nació en un rincón entre Sevilla y Cádiz. Ellas son las cunas de sus nombres, de sus hombres y mujeres que lo transmitieron de forma oral para expandirlo después por todo el mundo, para hacer de él la primera industria cultural de la región.
La decisión tomada ayer por el Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura celebrada en Nairobi, Kenia, cierra un círculo que abrieron en 1922 el compositor Manuel de Falla y el pintor Ignacio de Zuloaga cuando pretendieron que el flamenco tuviera rango de arte universal. Hoy, la Agencia Andaluza para su desarrollo y promoción, dirigida precisamente por una gaditana, la ubriqueña Mari Ángeles Carrasco, se siente especialmente orgullosa de un reconocimiento logrado a la segunda. La decepción de 2005 no mermó las ilusiones de las actuales instituciones, que habían cogido el testigo de los primeros gobiernos andaluces. Ya durante la presidencia de Rafael Escuredo se creó una oficina para el estudio del flamenco. Corrían los ochenta. El cante jondo encontraba nuevos caminos para expandirse. Después llegaría su explosión, más y más festivales, aún más prestigio y consolidación. Hasta Nueva York y Japón (en el país del sol naciente existe una verdadera 'flamencomanía').
En dos intentos
Y la primera intentona, frustrada por una cuestión de procedimiento. Entonces, en 2005, se pretendió que se incluyese al flamenco en el apartado de manifestaciones culturales en riesgo de extinción. Cuando más en auge estaba. Adiós al sueño. Un anhelo que retomó con fuerza el sucesor de Bibiana Aído al frente de la Agencia Andaluza del Flamenco, Francisco Perujo (2008), hoy director general de la oficina del Portavoz del Gobierno andaluz.
El malagueño tuvo la responsabilidad y la «satisfacción» de montar casi por entera la candidatura, de redactarla, de elegir la documentación gráfica y audiovisual que la Unesco solicitaba, de registrar en París el expediente, así como de diseñar y lanzar la campaña Flamenco soy. Todo en consenso con Extremadura y Murcia y el apoyo del Gobierno de España. A esa campaña se adherieron al final más de 25.000 personas de 70 países diferentes y contó con la colaboración de 300 artistas, algunos de la talla de Alejandro Sanz o Antonio Banderas.
A las 16 horas de ayer comenzaron las enhorabuenas. Y los festejos. Los bailaores y cantaores lo celebraron bailaron por alegrías. La centenaria casa de Sevilla donde vivió el pintor Murillo, sede de la Agencia Andaluza del Flamenco, se convirtió en una improvisada fiesta nada más conocerse el reconocimiento vía internet desde Nairobi. La primera en arrancarse al baile fue Manuela Carrasco, con el cante de Segundo Falcón. Hasta la veterana cantaora gaditana Mariana Cornejo se lanzó al pequeño corro en el que unos al compás de palmas, otros cantando y otros jaleando daban rienda suelta a la alegría contenida durante horas.
La Agencia había abierto sus puertas desde primeras horas de la mañana para que la gente del flamenco se pasara por allí y esperara junta la «sensacional noticia», como repitió uno de los grandes del cante, Antonio Fernández Díaz 'Fosforito'. Para él y para tantos otros el día de ayer fue «glorioso» después de «siglos de lucha». Por esa razón las felicitaciones llegaron a un ritmo frenético. España entera se volcó. El consejero de Cultura Paulino Plata, presente en Nairobi, destacó la alegría por la aprobación «unánime» de la inclusión del flamenco y subrayó que España recibió un «gran aplauso» de los países presentes en Nairobi. El presidente Griñán, los ayuntamientos, que también habían suscritos sus apoyos anteriormente, la directora del Cervantes, la ministra de Cultura, los delegados provinciales y todos los flamencos del mundo se sumaron a las felicitaciones. Enhorabuena.