Ofensiva parlamentaria de la oposición sobre la ex colonia

La crisis del Sáhara estará muy presente en las próximas semanas en el Parlamento. Hoy, en la sesión de control al Gobierno en el Senado, la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, deberá contestar a cuatro preguntas -PP, IU, PNV y Mixto- y una interpelación sobre el papel desempeñado por el Ejecutivo ante este conflicto. El PP ha pedido ya la comparecencia de Jiménez y del ex ministro Miguel Ángel Moratinos en la comisión de Exteriores del Congreso y Esquerra Republicana buscará en el mismo órgano que el Gobierno reconozca al autoproclamado gobierno del Frente Polisario en la República Árabe Saharaui Democrática. El 30 de noviembre, el pleno del Congreso también debatirá y someterá a votación una moción de IU-ICV que exige al Ejecutivo que condene los sucesos de El Aaiún y que dé su respaldo activo a las aspiraciones de autodeterminación del pueblo saharaui.

El equilibrio casi imposible que hacen los socialistas para evitar condenar la represión ejercida por Marruecos contra la población saharaui les llevó ayer a dar un traspié parlamentario. La presidenta del intergrupo del Sáhara en el Congreso, la socialista Fátima Aburto, repartió una declaración institucional de denuncia de la represión contra el campamento de El Aaiún y de condena de los muertos y heridos que causó la violenta operación. Se suponía, según Aburto, que lo firmarían todos los grupos, pero, pocas horas después, resultó que ninguno había dado aún el paso de rubricarlo y que varios, en especial, los grupos de izquierda, no estaban dispuestos a respaldarlo salvo que incluyese una condena explícita a Marruecos.

La diputada socialista, que reconoció su error por haberse precipitado en darlo a conocer sin recibir confirmación oficial de los apoyos, tratará ahora de lograr el consenso parlamentario que creía haber encontrado para denunciar los hechos en El Aaiún. Sin embargo, la posibilidad de que el texto sea respaldado por todos es casi nula, porque los socialistas están dispuestos a denunciar e incluso a condenar lo sucedido, pero no a citar de modo explícito la culpabilidad de Marruecos.