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Portugal aviva la crisis de la deuda
El ministro luso de Economía reconoce que un alto riesgo de contagio podría llevarle a solicitar ayuda e Irlanda insiste en que no ha pedido un rescate La situación de España no es comparable, recordó la vicepresidenta económica, Elena Salgado
BRUSELAS. Actualizado: GuardarIrlanda y Portugal siguen en el punto de mira de los mercados, que apuestan por que, tarde o temprano, habrán de ser objeto de operaciones de rescate financiero por parte de los socios europeos. Mientras las autoridades de la isla, inmersa en un colapso financiero, aseguran que no han pedido ayuda y Bruselas insiste en que esa demanda «no está en la agenda», el ministro portugués de Economía admitió que su país sufre «alto riesgo» de contagio, aunque horas después matizó sus palabras. La situación de España no es comparable, recordó la vicepresidenta Elena Salgado.
Para atajar el vendaval, el Banco Central Europeo ha pedido a Irlanda que adopte una posición. El vicepresidente de la institución, Vitor Constancio, declaró en el marco de una conferencia financiera celebrada en Viena que es el Gobierno irlandés quien debe decidir «si cree que necesita el dispositivo de ayudas europeas y en qué momento». Sus palabras fueron un calco de las manifestaciones del Gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez: «Es Irlanda quien tiene que tomar la decisión adecuada en el momento adecuado».
En vísperas de una reunión que el Eurogrupo celebra hoy y que se anuncia trascendental para la estabilidad de la zona euro, la inquietud por la capacidad de supervivencia financiera de las economías más frágiles, como la portuguesa o la irlandesa, alcanzaba el paroxismo.
El estruendo de los rumores, de por sí cargados por la precaria situación de las finanzas irlandesas, creció aún en decibelios cuando el ministro luso de Finanzas, Fernando Teixeira do Santos, declaraba al Financial Times londinense, a primeras horas de la tarde, que existe un «riesgo alto» de que Lisboa tenga que reclamar ayuda a las instancias internacionales (la UE y el Fondo Monetario Internacional, aunque no los citaba por su nombre), no porque el país no pueda hacer frente a sus obligaciones financieras y de estabilización presupuestaria, sino porque otras economías de la zona euro, (la portuguesa, pero también la irlandesa o la griega), atraviesan dificultades «y el contagio es más probable en este marco».
Fuera del euro, peor
Al utilizar esos términos, el ministro portugués coqueteaba con la idea de que el riesgo de contagio para Portugal podría ser menor fuera del euro, retomando el discurso de algunas elites portuguesas este fin de semana pasado sobre la conveniencia de abandonar la moneda única. No obstante, y a continuación, Teixeira dos Santos reafirmaba los compromisos con la reducción del déficit presupuestario hasta el 7,3% del PIB este año y el 4,6% en 2011.
Otros países del euro con dificultades financieras han evocado en algún momento la posibilidad -esencialmente teórica; la práctica no está ni siquiera esbozada- de abandonar el euro, pero tales discusiones se han zanjado con la reafirmación de la divisa común, dado que el costo para un país en dificultades de abandonar la Unión Monetaria, en término de penalizaciones de mercados y credibilidad internacional, sería inabordable. De hecho, el ministro portugués reconocía que el costo medio de la financiación que Portugal capta en los mercados internacionales está, todavía, por debajo del 5% fijado por la UE para su Fondo de Estabilización del Euro. Y eso es gracias a la moneda única.