Suu Kyi. :: EFE
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Suu Kyi planta cara a la Junta Militar birmana y pide democracia

La Nobel de la Paz exige que liberen a los 2.100 prisioneros políticos en su primer discurso político en siete años

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No ha tardado ni un día en volver a la lucha. Aung San Suu Kyi ha salido de su arresto domiciliario con fuerzas renovadas, y ayer dejó claro que no cejará en el objetivo de llevar la democracia a Myanmar. «No nos hemos visto en mucho tiempo, y tengo mucho que deciros». Sus palabras fueron balas contra el régimen militar de la antigua Birmania. «Democracia significa que el pueblo pueda supervisar al Gobierno. Yo aceptaré que el pueblo me supervise», dijo ante unos 5.000 seguidores en su primer discurso después de la liberación. «Y la base sobre la que se asienta la democracia es la libertad de expresión», remató.

Por eso, porque está al servicio de los birmanos, primero quiere escuchar lo que el pueblo tiene que decir. Y lo que los generales deseen contarle también, aunque les pidió que liberen a los 2.100 prisioneros políticos que están entre rejas. «Luego decidiremos qué hacer», aseguró. Micrófono en mano, con una flor en el cabello, y desde una improvisada tarima erigida frente a su casa, 'la Dama' pidió perseverancia a la masa de demócratas vestidos con camisetas en las que se podía leer 'estamos con Aung San Suu Kyi': «Tenéis que luchar por lo que es correcto».

La premio Nobel de la Paz, de 65 años, es consciente de que sola no podrá conseguir derrotar a la tiranía. Sobre todo teniendo en cuenta que sus palabras pueden llevarla de vuelta a prisión. Por eso, una vez más, pidió la unión de todas las fuerzas democráticas. «Tenemos que trabajar todos juntos para buscar una forma de ayudarnos los unos a los otros», apuntó.

«¡Eres nuestra madre!», le replicaron sus seguidores. Muchos no dudaron en esperar varias horas bajo un calor achicharrante para escuchar la primera declaración política de Suu Kyi en siete años. De hecho, la concentración consiguió colapsar la céntrica calle Swegondine de Rangún, la principal ciudad del país y capital del mismo hasta que la Junta Militar decidió escapar a Naypyidaw para evitar que le salpiquen revueltas sociales como la que hace tres años desembocó en la 'revolución azafrán'.

«Trato de favor»

Curiosamente, el régimen no ha reaccionado en contra. Su voz, el diario 'The New Light of Myanmar', aseguraba en la edición de ayer que «la Policía tiene orden de atender todas las necesidades de Suu Kyi». El rotativo también hacía referencia a que la fundadora de la Liga Nacional por la Democracia, partido ilegalizado para evitar que concurriera a las elecciones-farsa organizadas hace poco más de una semana, está recibiendo un «trato de favor» de parte de los militares por dos razones: por su buen comportamiento, y por ser hija del artífice de la independencia del país, U Aung San.

Eso sí, en sus páginas, el diario del régimen advertía de que «la paz, la tranquilidad y la estabilidad deben prevalecer».