Sociedad

SIN VUELTA ATRÁS

MINISTRA DE CULTURA Actualizado: Guardar
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Pienso que la voluntad de renuncia a rodar muchos planos de muchos tamaños (en el caso de Luis García Berlanga, esos célebres y complejísimos planos secuencia) y edulcorarlos con música, quizá obedeciera inicialmente a razones económicas y a la escasez de medios con los que contaban los directores que debutaron en los años cincuenta. Pero pronto se convirtió en una opción, un rasgo de estilo del maestrp valenciano.

Las películas de Berlanga carecen por lo general de protagonistas absolutos y son más bien retratos de grupos. Las mejores son retratos de todos los estratos sociales mostrando lo peor, lo más miserable de sí mismos. Encontrar en esas miserias morales la belleza, alguna belleza, como era capaz de hacer Berlanga con su guionista Azcona, encontrar en la debilidad, en las contradicciones razones para reír y razones para pensar, ayudaron de manera inigualable a que este país se reconciliara consigo mismo tras haber perdido todo en una guerra incivil y fuera encontrando poco a poco razones claras para cambiar las cosas.

La corrupción moral fue uno de sus grandes temas. La dificultad para ser un gran hombre o un gran héroe cuando no se tiene casi nada, la necesidad de huir de esos comportamientos que incitan a la gloria porque acaban llevándonos al desvarío, requerían un tratamiento visual distinto que huyera de los referentes de Hollywood para buscar otras propuestas plásticas que tampoco debían ser ni las del neorrealismo italiano ni las de la 'nouvelle vague'.

Los planos secuencia del maestro Berlanga limpian, fijan y dan esplendor al lenguaje cinematográfico, pero son además una reivindicación formal del derecho a no parecerse a nadie mas que a él mismo, costara lo que costara. Ese universo prolijo y a la vez despojado de veleidades en el que todo ocurre simultáneamente y pasamos de lo cercano a lo desconocido sin transiciones, es una descripción ajustada de la visión que de nuestro país, de nosotros y de él mismo, tenía uno de los más grandes maestros que nuestra cultura haya dado nunca.