Rifirrafe tras el interrogatorio
La esposa de Eguiguren y la presidenta de la AVT protagonizan un encontronazo en plena sala de vistas Esposa de Eguiguren «Ángeles, el día que nos maten no lloréis» Ángeles Pedraza Pres
MADRID. Actualizado: GuardarEl interrogatorio de Jesús Eguiguren encendió los ánimos en la Audiencia Nacional. La presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Ángeles Pedraza, siguió, con algún que otro aspaviento, la declaración del líder del PSE. Tres filas por detrás de ella estaba sentada la mujer de Eguiguren, Rafaela Romero, quien además es presidenta de las Juntas Generales de Guipúzcoa.
Al término del interrogatorio de su esposo, Romero se levantó, recogió sus cosas, pero no se encaminó a la puerta. Fue directamente hacia donde se encontraba Pedraza y, tras llamarle la atención con un golpe en el hombro, le susurró al oído: «Ángeles, el día que nos maten no lloréis». La presidenta de la AVT, en voz alta, le respondió: «A nosotros ya nos han matado». El presidente del tribunal se limitó a ordenar a la Policía que mantuviera el orden en la sala.
Dentro de la Audiencia Nacional, el rifirrafe no llegó a más, pero Pedraza, visiblemente irritada, se despachó a las puertas del tribunal de la calle Génova. La presidenta de la AVT dijo haberse sentida «agredida e increpada» por Romero, quien se había dirigido a ella con «cara de amenaza». «Señora, yo ya he llorado mucho, a mí me han matado a una hija. Yo ya sé lo que es llorar y usted no lo sabe», dijo dirigiéndose a la mujer de Eguiguren, que para entonces ya había abandonado el edificio.
Según Ángeles Pedraza, el incidente con Romero deja claro «qué tipo de gente es la que nos representa» y anunció que presentará una queja ante las Juntas Generales. «Lo de hoy ha sido indignante», apostilló.
La responsable del colectivo de víctimas aseguró además que el líder de los socialistas vascos «lleva meses siendo cómplice de los batasunos». Estas palabras fueron demasiado para el PSE, que en un comunicado acusó a Pedraza de haber interferido en la declaración de Eguiguren y añadió que sus declaraciones «se desacreditan por sí solas». «Nadie puede ni podrá jamás poner en duda la trayectoria de todos los miembros del PSE-EE en apoyo de las víctimas del terrorismo, porque, además, sabemos lo que es ser víctima de la violencia de primera mano», añadió el partido.
El encontronazo entre Romero y Pedraza no fue el único incidente. Tras el alegato político de Otegi en su 'última palabra', una veintena de familiares y allegados del ex líder de Batasuna, que hasta entonces habían permanecido en silencio, prorrumpieron en vítores y aplausos. El presidente ordenó el inmediato desalojo de «la zona que ha organizado el pataleo», aunque para entonces solo restaban unos segundos de juicio.