CiU se prepara para dar la estocada final al PSC y recuperar la 'Generalitat'
La campaña para las elecciones de Cataluña arranca con pésimos pronósticos para los socialistas y sus socios de gobierno
BARCELONA. Actualizado: GuardarDespejada la duda del Barça-Madrid, que finalmente se jugará el lunes 29, y con la pegada de carteles, cada vez más virtual, la campaña electoral para los comicios autonómicos de la novena legislatura arrancó anoche con más candidatos a la Generalitat que nunca. Son 114 candidaturas, de los 39 partidos que concurren en alguna de las cuatro provincias catalanas, las que pelearán durante los próximos quince días por cada uno de los 5,3 millones de votos del censo y por los 135 escaños que componen el Parlament.
Comienza una carrera electoral que estará marcada por la crisis económica, la corrupción, la preocupación por los altos índices previstos de abstención, los debates identitarios y la posible irrupción de nuevos partidos, especialmente los de signo independentista. Una campaña en la que los dos principales partidos, CiU y PSC, han prometido juego limpio y propuestas en positivo. En cambio, los electores volverán a quedarse sin el debate cara a cara entre Artur Mas y José Montilla, que no han sido capaces de consensuar unas mínimas reglas de juego para celebrar un combate televisivo, que sólo podrá verse con los seis principales candidatos en liza.
Tras siete años calentando banquillo en la oposición, Artur Mas, presidente de CiU, tiene todos los sondeos a favor para volver a la Generalitat por la puerta grande. Mas, que ya fue consejero de Economía y 'conseller en cap' con Jordi Pujol, se enfrenta a la euforia y a la desmovilización que las encuestas transmiten a los suyos.
Alta abstención
Se mide también a un PSC, encabezado por Montilla, que está muy lastrado por la herencia del tripartito y por los sondeos, que le sitúan en el peor resultado de su historia. Eso sí, los socialistas, que contarán con tres intervenciones de José Luis Rodríguez durante la campaña, aún confían en darle le vuelta a la tortilla. Para ello necesitarán encontrar esa gran cantidad de voto oculto que dicen las encuestas que hay y, además, movilizar al electorado de izquierdas que en las elecciones generales vota en masa al PSOE, mientras que en las catalanas se queda en casa.
Con índices de abstención cercanos al 50%, esta es la tarea que se le ha encomendado al ex ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, alcalde de L'Hospitalet de Llobregat durante 14 años, y político que tiene un gran tirón entre el electorado menos catalanista.
Corbacho y la plana mayor del PSOE que desfilará durante los 15 días de campaña deberán sacar lo mejor de sí mismos, pues ninguna de las encuestas publicadas hasta la fecha, ni siquiera las que realiza el servicio de estudios de opinión de la Generalitat, ha pronosticado una diferencia entre CiU y PSC menor a los 10 puntos. Así, la Federación nacionalista se sitúa en una horquilla de 56 a 66 escaños (68 es la mayoría absoluta y ahora tienen 48), en tanto que los socialistas se mueven entre los 28 y 32 (37 actuales). Con estos resultados, sólo habría cuatro opciones de Gobierno: CiU en solitario, CiU con el PSC, CiU con el PP o CiU con ERC. En esta ocasión, Mas no ha acudido al notario para certificar su no al PP, así que todo es posible. El tripartito, descartado ya por Montilla, hoy por hoy no suma ni de lejos.
Otro punto de interés estará en el grado de fraccionamiento del 'Parlament'. Hay encuestas que dan opciones al partido creado por el ex presidente del Barça Joan Laporta (entre 0 y 4 escaños) y las hay que prevén la entrada también del Reagrupament de Joan Carretero (0 a 3). Ambos aprovecharían el aumento del sentimiento independentista surgido de la manifestación del pasado 10 de julio contra las sentencia del Estatut y arañarán apoyos a una maltrecha ERC, al borde de un hundimiento histórico (pasaría de 21 a 10 diputados). Los otros 'outsiders' -UPyD, Plataforma per Catalunya (xenófobo) y el partido de Montserrat Nebrera (ex PP)- lo tienen más complicado.