Los presidentes de Unicaja (Braulio Medel) y Cajasol (Antonio Pulido), en una imagen de archivo. :: LA VOZ
ANDALUCÍA

La gran caja andaluza se desvanece tras anunciar Cajasol su fusión con Banca Cívica

SEVILLA. Actualizado: Guardar
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El sueño de la gran caja andaluza se desvanece. La fusión entre Unicaja y Cajasol, el último cartucho que le quedaba al Gobierno andaluz para sacar adelante el proyecto de la caja única o gran caja ya no será posible. La unión de Cajasol en un Sistema Institucional de Protección (Sip) con Banca Cívica anunciado ayer tarde echa por tierra la unión de las entidadaes sevillana y malagueña. Cajasol se unirá al Sip de Banca Cívica, integrada por Caja Navarra, Caja Canarias y Caja de Burgos, según confirmaron ayer tarde fuentes financieras.

La entidad resultante dispondrá de 76.000 millones de euros en activos (33.000 de Cajasol tras su fusión con Caja Guadalajara), convirtiéndose en la sexta de España. En la negociación, pendiente de cerrarse, ha pesado que la caja tenga una sede institucional y fiscal en Sevilla y que Antonio Pulido, presidente de Cajasol, comparta la presidencia del Sip con Enrique Goñi, director general de Caja Granada. Caja Cívica mantendrá otra sede operativa en Madrid. Cajasol, además, tendrá voto de bloqueo en la nueva caja.

La entidad resultante tendría presencia en más de 30 provincias y contaría con más de 1.600 oficinas y diez mil empleados. Las informaciones vertidas de forma extraoficial no especifican si habrá reducción de personal. La entidad podría recibir del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) 1.100 millones de euros, según Europa Press.

El Gobierno andaluz no quiso ayer hacer ninguna manifestación sobre esta fusión fría, que frustra todo el empeño de Griñán por consolidar una caja propiamente andaluza de peso en el panorama nacional. Ni el presidente, José Antonio Griñán, ni el consejero de Economía e Innovación, Antonio Ávila, quisieron aclarar a los periodistas en el Parlamento durante el pleno de ayer lo que durante toda la jornada era un secreto a voces, la negociación casi acabada de Cajasol con otra entidad foránea de Andalucía y el portazo a la fusión con Unicaja auspiciada por el propio ejecutivo de Griñán. Cuando se consumó la noticia al comienzo de la noche, la Junta se limitó a decir, vía las agencias Efe y Europa Press, que conocía desde hace días la operación.

El presidente andaluz reveló en una entrevista a este periódico en junio cuál era la hoja de ruta que deseaba para las cajas andaluzas: Que Unicaja y Cajasol se miren y que luego se les una Caja Granada. Estas declaraciones se hacían después de que CajaSur rechazara la fusión con Unicaja y se pusiera en manos del Banco de España, que posteriormente la sacó a subasta, pujando por ella las dos cajas andaluzas. El Banco de España optó por la BBK. Previamente, Caja Granada se había unido a otro Sip de entidades mediterráneas.

Griñán volvió a promover un nuevo intento para que Unicaja y Cajasol se unieran. Los presidentes de ambas entidades, Braulio Medel y Antonio Pulido, suscribieron un comunicado anunciando este propósito, para el cual encargaron sendos estudios de viabilidad a consultoras diferentes.

Fuentes financieras reconocen que la poca sintonía entre Pulido y Medel ha podido influir en el fracaso de la unión. A esto se añade las discrepancias sobre la sede de la nueva caja y, lo más importante, sobre el peso de cada una en la operación resultante.