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Estudiantes británicos asaltan la sede de los 'tories'
La violenta protesta por el aumento de las tasas universitarias previsto para 2012 se salda con al menos diez heridos, entre ellos tres policías
LONDRES. Actualizado: GuardarUna masiva manifestación de estudiantes británicos terminó ayer en violencia cuando un grupo de ellos invadió la sede del Partido Conservador, situada a pocos metros del Parlamento de Westminster, en el centro de Londres. Con sus pancartas en contra de una radical subida de las tasas universitarias prevista para 2012, los jóvenes hicieron añicos las cristaleras de acceso a Millbank Tower e hicieron hogueras en la calle sin dar tiempo a intervenir a la Policía.
Refuerzos de la unidad antidisturbios consiguieron finalmente contener la situación tras varias horas de enfrentamientos con un sector cada más reducido de manifestantes. Se registraron al menos diez heridos leves, incluidos tres agentes del orden.
El presidente del Sindicato Nacional de Estudiantes (NUS), Aaron Porter, denunció la «despreciable» acción violenta del grupo de radicales que, según dijo visiblemente enfurecido, no representan al conjunto del movimiento estudiantil. La Policía Metropolitana también responsabilizó a «una pequeña minoría» de los incidentes. La mayoría se manifestó pacíficamente en una marcha que se concentró al mediodía frente al Parlamento, coincidiendo con la sesión semanal de preguntas al primer ministro. David Cameron está de visita oficial en China y fue su segundo al frente del Gobierno de coalición, el liberaldemócrata Nick Clegg, quien tuvo que defender al Ejecutivo del torrente de críticas y abusos centrados en la reforma de las tasas universitarias que le arrojaron desde la oposición.
Furiosos con el Gobierno
También llegó a los Comunes el eco de la protesta de los 50.000 estudiantes y profesores que se sumaron a la manifestación, según estimaciones del NUS. Los universitarios están furiosos con los planes del Gobierno para incrementar hasta un máximo de 9.000 libras (unos 10.000 euros) la matrícula por cada curso que actualmente cuesta cerca de 4.000 euros. Y están particularmente rabiosos con los liberaldemócratas, que hicieron campaña con el firme compromiso de abolir las tasas y rubricaron su promesa en un acuerdo con el sindicato de estudiantes. Los jóvenes se sienten traicionados por Clegg, quien acepta el principio de que los universitarios contribuyan al coste de su educación.
La fuerza de la protesta alentará la oposición de algunos diputados liberaldemócratas en la votación al plan de su propio Gobierno, prevista en diciembre. El acuerdo de coalición les permite abstenerse, renegando de su promesa electoral y aceptando la visión de su líder, que defiende los aspectos «progresivos» de la nueva fórmula de financiación universitaria.
El plan Cameron-Clegg se basa en el endeudamiento del universitario. Nadie tendrá que pagar por sus estudios hasta que encuentre trabajo con un salario mínimo de 25.000 euros. Cuanto más alto sea el sueldo, mayor será el tipo de interés que se aplicará a su deuda acumulada en la universidad. También se limitarán las becas de manutención a estudiantes con recursos mínimos. Según los cálculos del Gobierno, el 25% de los licenciados con escasos ingresos pagarán menos por sus estudios que bajo el sistema vigente actualmente, pero su deuda será más duradera.