CRÓNICA

Lo tuvo en su mano

El Xerez firmó un buen encuentro para ganar al Levante en su estadio, pero se quedó a un gol de pasar a la siguiente eliminatoria

Valencia Actualizado: Guardar
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El Xerez pudo estar entre los grandes en la Copa del Rey, pues los azulinos tuvieron en su mano el pase a los octavos de final del torneo. De hecho fueron eliminados por el valor doble de los goles. Dejando de lado la nefasta segunda parte del encuentro de ida en Chapín, los xerecistas no pasaron de ronda porque les faltó un pelín de acierto en los últimos minutos del partido de ayer. Salió de inicio sin miedo y con el descaro del que no tiene nada que perder, dominó a su rival, fabricó las ocasiones, logró dos goles, pero le faltó la puntilla, el tanto que le abriera la puerta del bombo de octavos. Ocasiones hubo, acierto no siempre, pero al menos la inyección de moral le puede servir al conjunto jerezano de cara al derbi contra el Betis para calmar los ánimos de una afición que ya mira con lupa a Javi López.

Muy valiente

El descaro con el que el Xerez se plantó de inicio en el Ciudad de Valencia sorprendió casi tanto como la alineación de Javi López. Las palabras previas al encuentro hacían pensar que el técnico del Xerez reservaría a todos sus puntales de cara al encuentro en Sevilla, pero saltó al prado del estadio valenciano sin ningún canterano. Eran muchos los que pensaban que la convocatoria de Adri Cuevas y Luisma llevaría a los futbolistas del filial directamente al once copero, pero nada más lejos de la realidad. Teniendo en cuenta las importantes bajas de José Mari y Capi, el once podía haber sido perfectamente el que el entrenador utilizara en Liga. Sobre todo, sorprendió que saliera entre los titulares Mario Bermejo, pues el cántabro es el único delantero que está al cien por cien y todo apuntaba a que Javi López lo reservaría del riesgo de una posible lesión.

Pero el Deportivo saltó a ganar el partido, con alegría, con la defensa adelantada y con ganas de, al menos, dar un sustito a un Levante que le costó imponerse en la primera parte. De hecho, fueron los xerecistas los que se colocaron por delante en le marcador gracias a un penalti que le realizaron a Capdevila. La jugada nació de una falta en la frontal del área en la que los de Javi López trataron de sorprender con una acción ensayada. Pablo Redondo fue el encargado de ponerla en movimiento, pero en lugar de colgar al segundo palo, donde había una importante nube de jugadores, tocó en corto a Capdevila, que salió desde la barrera para ser agarrado dentro del área. Álvarez izquierdo marcó el punto de penalti, provocando el enfado de la grada, y Antoñito lo materializó poniendo por delante a un Xerez que empezó a creer en la remontada y dio otro paso al frente. El problema fue que ya eran muchos los metros que había a la espalda de la defensa y Caicedo no paraba de tirar desmarques. Hasta el minuto 40 siempre salió bien la línea, pero cuando el crono llegaba al 43' Lombán y Perone arrancaron escalonados y Caicedo lo aprovechó para entrar desde atrás en posición correcta y plantarse delante de Lledó. El sevillano había tratado de salir y despejar antes de que el punta del Levante controlara, pero la velocidad de Caicedo se impuso y sólo tuvo que recortar al portero xerecista y mandar el cuero al fondo de lo portería azulina.

El empate fue duro, especialmente por el factor psicológico, pues se produjo a falta de dos minutos para el 45', pero sí que hubiera sido demoledor para los intereses levantinistas que Capdevila volviera a poner por delante a los xerecistas en el descuento de la primera parte. Y es que el Xerez encajó bien el gol, no tardó en recomponerse y trenzó una buena jugada en la frontal que terminó con un centro desde la izquierda y un buen remate de Capdevila de cabeza que Munúa repelió con una gran parada de reflejos.

El descanso no estropeó la dinámica de un Xerez que sin nada que perder se fue descaradamente a por el encuentro. Se empezaron a correr riesgos en defensa, pues se quedaban muy pocos hombres atrás, pero la valentía azulina no tardó en tener frutos. Óscar Díaz, que entró nada más comenzar el segundo tiempo por una dolorosa lesión en el rostro de Pablo Redondo, puso un magnífico centro al primer palo. La asistencia del madrileño desde la banda derecha fue tan buena que Antoñito logró marcar con comodidad de cabeza. El sevillano apareció en el área chica libre de marca y picó bien pegado a la cepa del palo para que Munúa no pudiera hacer nada.

El Xerez se imponía en el rectángulo de juego y en el marcador. El dominó era total y absoluto de los azulinos y el partido se jugaba en el área del Levante, pero los de Luis García no renunciaban a salir a la contra y lo hacían con mucho peligro.

Otro de los grandes riesgos para el Xerez eran las lesiones y Javi López no quiso exponer en este sentido lo más mínimo. Por eso retiró del terreno de juego a Mario Bermejo cuando el cántabro mostró el primer síntoma de molestia. El delantero se retiró tocándose el muslo para dejar su puesto al canterano Adri Cuevas. Y es que el cambió sólo se podría entender si es que Mario tenía molestias, pues no pareció demasiado lógico que Javi López retirara a uno de los puntales cuando mejor tenía la eliminatoria. Y es que en ese momento al Xerez le valía un gol para meterse con los grandes en la siguiente ronda de la Copa del Rey. El premio era gordo y los jugadores que estaban sobre el prado lo sabían. Por eso buscaban ese tercer gol que le abriera las puertas de los octavos.

Antoñito parecía que era el que tenía la llave, pues el sevillano tuvo el tercero. El 'Romario del Polígono' se plantó mano a mano con Munúa, pero no estuvo fino en el uno contra uno. Trató de recortar, pero le robó la cantera un defensor. Antonio se fue al suelo en cuanto notó contacto, pero Álvarez Izquierdo no picó y le mostró amarilla al sevillano por simulación de una caída en el área.

La última media hora el partido iba y venía, sin orden pero rápido de una portería a otra. El Xerez dominaba, el Levante contragolpeaba, pero no hubo grandes ocasiones de peligro. La mejor de los azulinos llegó en un libre directo de Lombán que Munúa sacó de la escuadra. Y es que había llegadas, pero la pegada se había terminado y el Xerez se despidió de la Copa revolucionado (Moya y Perone fueron expulsados), pero con la cabeza bien alta.